Redacción. La creciente ola de violencia contra el personal de salud en Estados Unidos tomó un giro alarmante tras un incidente en el Hospital Rex de la Universidad de Carolina del Norte.
El 21 de marzo, Kameron Gilchrist, un paciente de 25 años diagnosticado con VIH, presuntamente roció sangre infectada en los ojos de dos empleados en la sala de emergencias.
Según la información obtenida por People, las víctimas sufrieron irritación ocular y una exposición directa al virus, lo que activó una respuesta médica inmediata y dio lugar a una investigación criminal.
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Seis meses después del ataque, el proceso judicial se ha formalizado. Gilchrist enfrenta dos cargos de asalto con lesiones físicas a personal de emergencias, clasificados como un delito grave de clase H. Una condena por estos cargos podría acarrearle hasta 39 meses de prisión por cada uno.
Actualmente, Gilchrist permanece recluido en el centro de detención del condado de Wake bajo una fianza de 25,000 dólares. Su próxima audiencia está programada para el 8 de diciembre.
Violencia en EEUU
Un portavoz del hospital, aunque sin comentar detalles específicos del caso, subrayó que «las situaciones violentas y las amenazas contra los trabajadores de la salud se han vuelto más comunes en todo el país». Este suceso, que involucró el uso de un fluido corporal infeccioso, representa un peligro biológico sin precedentes para el personal de primera línea.
El VIH es un retrovirus que ataca el sistema inmunitario. Aunque el riesgo de contagio por contacto con mucosas (como los ojos) es menor que la exposición directa por vía intravenosa, cualquier contacto con sangre infectada se considera una situación de alto riesgo biológico.
Las víctimas han requerido atención médica inmediata. Probablemente, hayan iniciado la profilaxis posexposición (PEP), un tratamiento crucial para prevenir la infección.
