Redacción. El gobierno federal de Estados Unidos entró en un cierre por primera vez desde 2018, luego de que el Partido Demócrata en el Senado rechazara la propuesta republicana para extender la financiación federal.
La principal cámara legislativa votó 55 a 45 contra el proyecto de ley H.R. 5371, que requería 60 votos para avanzar y buscaba financiar las agencias por siete semanas más para el ejercicio fiscal 2026.
Ante el fracaso legislativo, la Casa Blanca instruyó a todas las agencias a “implementar sus planes para un cierre ordenado”, afectando a cientos de miles de empleados federales. La Oficina de Administración y Presupuesto, liderada por Russell Vought, atribuyó la responsabilidad del bloqueo al Partido Demócrata, señalando sus «descabelladas exigencias políticas» que incluían un billón de dólares en nuevos gastos.
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La disputa se centró en la demanda demócrata de negociar una prórroga de los subsidios de la Ley de Atención Médica Asequible (ACA), o Obamacare, en un momento en que millones de estadounidenses enfrentan aumentos en las primas de seguros. Los republicanos insistieron en aprobar un texto de financiación “limpio”, sin concesiones sobre salud.
Impacto inmediato
Desde esta jornada, unos 750.000 empleados federales considerados no esenciales serán suspendidos. El personal militar y otros trabajadores críticos deberán presentarse a sus tareas sin recibir sueldo.
El presidente de la Cámara de Representantes, Mike Johnson, calificó el cierre como «inevitable». De igual manera, responsabilizó al líder de la minoría en el Senado, Chuck Schumer, por «mantener el gobierno cerrado», asegurando que «no hay nada que negociar».
La administración ha advertido que si el cierre se prolonga, evaluará la posibilidad de despedir permanentemente a muchos empleados. Eso supera el modelo histórico de licencias temporales. La incertidumbre sobre la cobertura sanitaria y la financiación de programas clave mantiene incierto el fin del impasse legislativo.
