Redacción. La Guardia Costera de Estados Unidos (USCG) ha logrado una de las mayores incautaciones de narcóticos en la región del Caribe, al confiscar más de cinco toneladas de drogas valoradas en aproximadamente 64,5 millones de dólares.
La operación, realizada en aguas internacionales, es un golpe significativo al narcotráfico en la región, contribuyendo a los esfuerzos para evitar el tráfico de estupefacientes hacia Estados Unidos.
El operativo incluyó dos intervenciones distintas llevadas a cabo durante los meses de agosto y septiembre de este año, en las cuales se decomisaron 3.945 kilogramos de cocaína y aproximadamente 680 kilogramos de marihuana.
La labor se desarrolló a bordo del USCGC Diligence, un buque de 64 metros especializado en patrullaje antinarcóticos, control migratorio y misiones de búsqueda y rescate.
Según informes, la primera intervención tuvo lugar el 7 de agosto, a unos 252 kilómetros al suroeste de Negril, Jamaica. En este caso, un equipo de abordaje detectó y aseguró una embarcación sospechosa que transportaba marihuana.
Posteriormente, la droga fue trasladada al Coast Guard Cutter Hamilton, donde el 25 de agosto se realizó el desembarco en Port Everglades. Este operativo ha sido descrito como «el mayor desembarco de estupefacientes en la historia de la Guardia Costera».

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Intercepciones
La segunda intervención ocurrió el 6 de septiembre, cuando una patrulla marítima localizó una lancha rápida aproximándose a 444 kilómetros al norte de Panamá. En esta operación, el USCGC Diligence interceptó la embarcación y confiscó más de 3.945 kilogramos de cocaína.
El comandante Colin McKee, responsable del USCGC Diligence, expresó su orgullo por el desempeño de su tripulación. Asimismo, agradeció el apoyo de JIATF-S (Fuerzas Conjuntas de Interdicción Antinarcóticos) y el Distrito Sudeste de la Guardia Costera.
«Este esfuerzo conjunto evitó que más de cuatro toneladas de drogas llegaran a Estados Unidos», afirmó McKee.
En su informe, voceros de la Guardia Costera señalaron que las drogas incautadas financian y permiten a organizaciones terroristas extranjeras y grupos criminales transnacionales producir y traficar fentanilo ilegal, lo cual representa una grave amenaza para la seguridad de Estados Unidos.


