El Progreso, Honduras. Los transportistas de la ruta de El Progreso-San Pedro Sula cumplen su segundo día sin trabajar, luego de recibir una nota extorsiva acompañada de balas y un teléfono celular.
Ayer jueves se confirmó que las empresas Tupsa, Trasul y Catipsa decidieron «parquear» sus unidades en la terminal de autobuses de El Progreso.
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Y esta mañana la situación siguió igual. Cuando los ciudadanos llegaron para transportarse, se llevaron la sorpresa de que los buseros todavía no estaban laborando y desconocen hasta cuándo retomarán sus labores.
El problema que viven los transportistas de esta zona con la extorsión se está saliendo de las manos, según manifiestan.
Además, revelaron que la situación es aún más fuerte, porque ahora deben pagar a una nueva estructura criminal, denominada R7.
Los transportistas manifestaron el miedo que sienten por esta pesadilla que los viene persiguiendo año con año y pidieron apoyo a las autoridades.
Actualmente la única forma de transporte es la zona es el servicio de taxi, pero les están cobrando a los usuarios 100 lempiras o más.
Esta vez no es la primera ocasión que estas empresas deciden paralizar sus unidades por la extorsión en ocasiones pasadas lo habían hecho pero solo duraban poco para solucionar.
Varios medios de comunicación llegaron a la terminal donde se encuentran «guardadas» las unidades, sin embargo, los afectados no quisieron dar declaraciones, por evidente temor.
Lo que sí precisaron es que necesitan una solución para poder trabajar tranquilos, asegurando que no pueden estar pagando tanto dinero por extorsión, porque prácticamente «no nos quedará nada».
Otras rutas que se han paralizado por extorsión
El pasado 22 de febrero, el punto de taxis que cubre la ruta de la colonia Fesitranh al barrio El Centro de San Pedro Sula permaneció cerrado debido al cobro de extorsión.
Ciudadanos que viajaban con estos transportistas llegaron hasta el lugar donde siempre se habían colocado, pero su sorpresa fue que no encontraron ni una tan sola unidad.
Por el contrario, lo que observaron fue un rótulo color rosa, en la pared, donde se leía: «Cerrado hasta nuevo aviso. Punto Fesitranh».
