Redacción. La organización Aquí y Ahora Mismo Clima Global nombró a Juan López como “Campeón del Clima” de Honduras, en reconocimiento a su trabajo en defensa de la tierra, el agua y los derechos de las comunidades.
Esta distinción llega meses después de su asesinato, ocurrido el 14 de septiembre de 2024, cuando salía de una iglesia en el barrio Fabio Ochoa, en Tocoa, Colón.
Juan tenía 38 años y fue un defensor ambiental y educador comprometido. Desde joven entendió que la pobreza y la destrucción ambiental estaban vinculadas a estructuras de poder injustas. En vez de responder con violencia, buscó herramientas en la educación y estudió filosofía, teología, pedagogía, economía y política, convencido de que la formación era muy importante para el cambio.
Decía que “las ideas deben ser nuestras armas” y dedicó su vida a acompañar comunidades afectadas por proyectos extractivos. Su fe cristiana también marcó su camino. Él predicaba un mensaje de justicia, dignidad y respeto a la vida, tanto humana como ambiental.
Perseguido por denunciar abusos ambientales
Después del golpe de Estado en 2009, Juan intensificó su lucha contra el modelo extractivista. Denunció públicamente a empresarios mineros y acompañó a las comunidades de Tocoa en la defensa del río San Pedro. En 2019 lo criminalizaron y encarcelaron por participar en una protesta pacífica. Pese a las condiciones de encierro, continuó brindando apoyo a otros reclusos, manteniendo su compromiso con la defensa de los derechos humanos.
Su asesinato lo condenó la CIDH, la ONU y el papa Francisco. A pesar de la presión internacional, los responsables intelectuales del crimen siguen impunes.
Poco antes de su muerte, a Juan lo nominaron al Premio Sájarov a la Libertad de Conciencia, una muestra del reconocimiento internacional a su labor. Hoy, su inclusión entre los “Campeones del Clima” lo sitúa junto a líderes indígenas, campesinos y defensores del medioambiente de todo el mundo.
La distinción también visibiliza la situación de riesgo que enfrentan los defensores ambientales en Honduras, uno de los países más peligrosos del mundo para quienes luchan por el territorio y los recursos naturales.