Redacción.- Una investigación resaltó que muchas de las salas de urgencias de los hospitales de Estados Unidos no están reguladas ni preparadas, situación que ha provocado la muerte de niños.
The Wall Street Journal, un periódico estadounidense recaló que cada año son cientos de niños que mueren o quedan gravemente heridos en todo el país. Después de ser llevados de urgencia a salas de emergencia de hospitales que no están bien preparados para tratarlos.
Asimismo, señaló que alrededor del 14% de los departamentos de emergencia en todo el país han sido certificados como listos para tratar a niños, o son hospitales infantiles especializados en el tratamiento de pacientes jóvenes.
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Muchos médicos de urgencias no tratan a suficientes niños como para poder detectar enfermedades mortales ocultas por síntomas comunes o afecciones más comunes en los niños, indica.
Parte del personal de emergencias utiliza dosis y protocolos de medicamentos destinados a adultos. Y no tienen o no saben dónde encontrar equipo para niños en una crisis.
Muertes infantiles pudieron evitarse
Los médicos, las autoridades sanitarias y los responsables de la formulación de políticas conocen y advierten sobre estos fracasos desde hace décadas. Las investigaciones de los últimos años han cuantificado la falta de preparación y el número de muertes infantiles que podrían haberse evitado, y han señalado medidas básicas para resolver el problema.
Sin embargo, la mayoría de los hospitales no han tomado las medidas necesarias. En muchos lugares los padres no pueden tomar una decisión informada sobre dónde llevar a un niño en caso de una emergencia médica.
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Más del 70% de los departamentos de emergencia han completado una evaluación financiada con fondos federales para evaluar si están listos para recibir niños. Los resultados de los hospitales individuales son confidenciales.
Mientras tanto, 25 estados no verifican en absoluto la preparación pediátrica de las salas de emergencia. Incluso algunos que sí lo hacen no publican los nombres de los hospitales que obtuvieron reconocimiento por estar preparados.
Malas prácticas
El primer tubo de respiración que el personal le entregó al médico que trataba a un menor de edad era demasiado grande para el niño de 37 libras, apunta la investigación.
Una niña de tres años y epiléptica, había estado sufriendo una convulsión cuando una ambulancia la llevó en marzo de 2020 a la sala de emergencias del hospital Ascension Seton Highland Lakes en Burnet, Texas. El médico se dispuso a instalar el tubo para asegurarse de que ni las convulsiones de la niña ni el medicamento para las convulsiones impidieran que sus pulmones recibieran oxígeno.
Intubar a un niño es sólo uno de los procedimientos que pueden resultar especialmente complicados para los médicos que no tratan a los niños con frecuencia.
Las vías respiratorias de los niños son más pequeñas que las de los adultos y están ubicadas de manera diferente. Los médicos también deben hacer el trabajo más rápidamente en los niños. Los menores pierden oxígeno más rápido que los adultos, dijeron los especialistas en pediatría.
Heridas graves
En las afueras de Detroit, el personal de emergencia le dio jugo de manzana y niños de 4 años, después de que sus padres lo llevaron a la sala de emergencias por vómitos y dolor de estómago.
Le tomó cuatro horas al departamento de emergencias de St. Mary Mercy Livonia ordenar una radiografía del intestino de Mason.
Un intestino peligrosamente arrugado es más común en niños que en adultos. La afección, conocida como intususcepción. Misma que puede pasar desapercibida fácilmente en las salas de emergencia que carecen de experiencia en el tratamiento de niños, dijeron especialistas en pediatría.
Puede confundirse fácilmente con estreñimiento o un virus estomacal. Sin embargo, si se detecta a tiempo, un enema puede tratarlo.