San Pedro Sula. En su inocencia, niños de diversas comunidades de la reserva de El Merendón desafían el peligro y lo desconocido al caminar cuatro horas diarias, de ida y regreso, por empinados cerros para asistir a la escuela y aprender a leer y escribir. Esta travesía es necesaria por la falta de docentes en las escuelas de sus propios lugares.
Entre este grupo de valientes niños, de entre 5 y 11 años, se encuentran ocho pequeños de la comunidad de El Paraíso, quienes enfrentan una difícil situación en el nuevo año escolar 2025. Aunque su comunidad tiene la estructura de una escuela, no cuentan con docente desde 2022, lo que los obliga a trasladarse a la comunidad más cercana, La Fortuna, para recibir educación
Tres años sin maestro
Enma Luz Arévalo, representante del patronato de El Paraíso, explicó a Diario Tiempo que la escuela de la comunidad lleva tres años cerrada debido a la falta de un maestro. «El docente que teníamos se preparó académicamente, pero no regresó. Desde entonces, no se ha contratado a otro para continuar con la enseñanza de los niños», lamentó.
Este problema obliga a algunas familias a emigrar hacia San Pedro Sula y otras comunidades cercanas en busca de centros educativos con personal docente disponible.
Las autoridades de Educación del distrito 20, al cual pertenece El Paraíso en la zona de reserva de El Merendón, informaron que la asignación de un maestro requiere una matrícula mínima de 15 estudiantes. Pero actualmente sólo hay ocho niños en edad escolar.
«La escuela está ahí, pero el director distrital ha dicho que sólo con una matrícula de 15 niños podrían enviar a un docente. Ha prometido realizar las gestiones necesarias para lograr esa asignación», señaló Arévalo.
En un nuevo año escolar, y ante falta de escuelas y docentes en sus comunidades, los niños de la zona de reserva de la montaña de El Merendón siguen con el calvario de caminar más de cuatro horas diarias por caminos inseguros y llenos de peligros para asistir a una escuela. pic.twitter.com/vnFf5meLxh
— Diario Tiempo de Honduras (@TiempoHonduras) February 11, 2025
Un largo camino hacia la educación
En la comunidad de El Paraíso, de los ocho niños en edad escolar, tres están en preescolar y el resto cursa entre primero y quinto grado. Para recibir clases deben caminar desde las 6:00 de la mañana por senderos peligrosos hasta llegar a la escuela de La Fortuna a las 7:30 de la mañana.
«Los niños recorren un promedio de cuatro horas diarias entre ida y regreso, acompañados por un adulto, el padre de dos de los pequeños del grupo», explicó la representante del patronato de El Paraíso.
Aunque las clases terminan al mediodía, los niños deben esperar hasta las 5:00 de la tarde para regresar a casa, ya que dependen del horario laboral del padre que los acompaña. Esto significa que llegan a sus hogares pasadas las 7:00 de la noche.
En ocasiones, otro padre de familia debe ausentarse de su trabajo para llevar a los niños a la escuela de La Fortuna. Cuando llueve, los caminos se vuelven intransitables, y el cruce de una quebrada representa un gran peligro.
«Si amanece lloviendo, avisamos al maestro que los niños no podrán asistir por temor a la crecida de la quebrada. Hemos solicitado apoyo para la construcción de un puente de hamaca que facilite el paso seguro», añadió Arévalo.
Otras comunidades también enfrentan la misma situación
Las comunidades de El Porvenir y Miramar enfrentan una realidad similar: cuentan con escuelas, pero carecen de maestros. Mientras tanto, en las aldeas de Guanales, Las Cruces, Los Laureles y Las Juntas, no sólo faltan maestros, también escuelas.
Ante esta situación, los pobladores esperan que el ministro de Educación, Daniel Sponda, tome medidas para garantizar la enseñanza en estas zonas. «Si no pueden enviarnos un maestro titulado, al menos que asignen docentes del programa Proheco, para que los niños no tengan que caminar tantas horas», sugirió Arévalo.
Como solución temporal, un hijo de Arévalo alquiló una vivienda en La Fortuna para quedarse tres días a la semana con su hija, evitando el agotador viaje diario. «Como madre y abuela, siento tristeza. Es lamentable que nuestra comunidad tenga una escuela, pero no cuente con los servicios educativos que los niños necesitan», dijo con pesar.
Escuelas en El Merendón
El sector 20 de El Merendón alberga 26 centros educativos bajo la modalidad unidocente, es decir, con un solo maestro para atender al menos seis grados. En comunidades como La Junta y Las Cruces, los padres de familia han optado por financiar a los maestros de su propio bolsillo.
En Las Cruces llevan más de seis años pagando el salario de una docente para garantizar la educación de sus hijos. Las comunidades de la montaña siguen esperando el apoyo de las autoridades correspondientes para asegurar el derecho a la educación de sus niños.