Redacción. Hoy, las calles de la capital se llenaron de hondureños de todas las edades y condiciones que participaron en la Caminata de Oración por la Paz y la Democracia de Honduras, convocada por la Confraternidad Evangélica y la Iglesia católica.
Niños, adultos mayores, personas con discapacidad, ciclistas, motociclistas e incluso familias completas con sus mascotas avanzaron juntos, llevando un mensaje de fe, esperanza y unidad para el país.

A lo largo del recorrido se pudo ver a los adultos mayores caminando con paso firme, acompañados de sus nietos, quienes llevaban carteles con mensajes de armonía y solidaridad.
Los niños corrían y jugaban entre los participantes, contagiando su entusiasmo a quienes los rodeaban. Las personas con discapacidad se sumaron con la ayuda de familiares o amigos, demostrando que la fe no tiene barreras.

Algunos asistentes optaron por recorrer la ruta en bicicleta, otros en motocicletas, mientras la mayoría avanzó a pie, mostrando la diversidad de formas en que los hondureños se sumaron a esta manifestación de fe y esperanza.

Además, varias familias llevaron a sus mascotas, que las acompañaron durante todo el trayecto, haciendo del evento un espacio inclusivo y familiar.

“Es impresionante ver cómo todos, sin importar edad o condición, nos unimos por un mismo propósito. Sólo Dios puede dar la salida a este problema que vive nuestro país”, comentó don Manuel López, un adulto mayor que participó junto a su nieta.
Caminata por Honduras
Los organizadores destacaron que la caminata sigue consolidándose como un espacio de encuentro ciudadano, donde personas de distintos sectores de la sociedad se mezclaron y avanzaron juntas por las calles de Tegucigalpa.

A medida que avanzaba el recorrido, se percibía la emoción y la esperanza de quienes participaban, mostrando que la unidad y la fe podían ser motores de cambio en medio de la situación que vivía Honduras.
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Al concluir el recorrido, se realizó un acto simbólico de oración, en el que los participantes reforzaron su mensaje de paz y bienestar para el país.

La Caminata de Oración por Honduras se mantiene como una tradición que trasciende edades, condiciones físicas y estilos de vida. La fe y la esperanza pueden unir a todos los hondureños en torno a un mismo propósito: caminar juntos hacia un futuro mejor.