Redacción. El niño que perdió una mano luego de manipular un mortero en Roatán, Islas de la Bahía, necesitará una prótesis a lo largo de su vida, informaron las autoridades de la Fundación para el Niño Quemado (Fundaniquem).
El presidente de Fundaniquem y cirujano plástico hondureño, Omar Mejía, detalló a Diario Tiempo que Germán Steven Pineda (10 años de edad) sufrió una amputación total de su mano derecha al explotarle un mortero. El hecho se registró el miércoles 25 de diciembre en la comunidad de Bella Vista, Sandy Bay.
«Hay que esperar si quedan restos de mano. Luego se coloca una prótesis y después, conforme el niño crece, le irán haciendo diferentes prótesis a lo largo de su vida», comentó Mejía, añadiendo que una prótesis nunca será un sustituto de una mano humana.
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«Es muy lamentable porque tiene algunas lesiones en la cara. Según lo que vi en la foto, la mano está destruida, prácticamente no tiene dedos. Es una mutilación completa», afirmó el galeno.
Explicó que se trata de una «amputación traumática causada por pólvora, un mortero, que es un artefacto similar a los de guerra. La primera fase será el tratamiento ortopédico, que tendrá una duración de entre tres y seis meses». Agregó que una vez concluido el proceso de cicatrización se podrá proceder con la prótesis.
Mano robótica
Mejía recalcó que la prótesis no podrá devolverle la movilidad en la extremidad. Además, mencionó que en países como Japón existen unas manos robóticas, pero son sumamente costosas.
«Se debe aplicar la ley. Los niños no deben manipular artefactos de pólvora. Ese es el problema de los padres que permiten esto», añadió, subrayando que la responsabilidad recae en las personas que permiten que los menores manipulen estos artefactos pirotécnicos.