TECÚN UMÁN, GUATEMALA. Mery Sair es el niño desahuciado por cáncer en Honduras, quien avanza en la caravana de migrantes en compañía de sus padres en busca de una cura para su enfermedad terminal.
Sair viaja en compañía de sus dos padres María Argentina Paz y Rodrigo Villanueva, origianarios de Omoa, Cortés. La pareja asegura que el cáncer de su pequeño aún es curable, por lo que decidieron acompañar la caravana en busca de la misma.
En Honduras dejaron a tres hijos, uno de ellos fue sometido a una operación de corazón en los últimos años.
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Sin esperanza en Honduras
Los padres del menor contaron a un medio internacional que médicos de Honduras desahuciaron al menor, negandole con ello, una esperanza de vida para su hijo.
«Los doctores me dijeron que lo disfrutara el tiempo que le queda de vida, que no saben si va a vivir días o meses», dijo uno de los padres con notable tristeza.
«Queremos disfrutarlo hasta el último momento y si Dios da oportunidad
que se cure», añadió Villanueva, padre del menor.
«Las esperanzas en Honduras son muy pocas, entonces uno como padre tiene que estar hasta las últimas consecuencias con sus hijos y ver cómo puede uno puede ayudarlos y por eso hemos venido, arriesgando la vida y la de él», agregó.
«Sí, hay cura», aseguran padres del menor
«Hay cura, han hecho investigaciones y ya lo están tratando y, sí, hay cura», dijo la madre del menor, Argentina Paz.
Con la esperanza de llegar a territorio estadounidense se movilizan los tres hondureños y con la fe puesta en encontrar una cura que les permita alargar la vida del valiente niño.
«En Honduras solo lo mantienen con quimioterapia y pastillas, pero la
enfermedad es progresiva porque no la han podido detener», reveló la madre.
La familia hondureña, ahora está en territorio mexicano, luego de que lograron cruzar la frontera de Guatemala.
Pese a que Mery Sair tiene dos tumores, uno en el pie y otro en el brazo derecho, esto no demuestra una limitante para el menor.
Cada día avanza junto con su padres para lograr su cometido de ingresar a los Estados Unidos y obtener una mejor atención médica.
Además de mejorar el estado de salud de su hijo, Argentina y Rodrigo se fueron de Honduras huyendo de la pobreza. «Solo alcanza para arroz, frijoles y la renta porque todo está caro, no puede uno. Entonces solo queda emigrar por la salud de él», señalaron.
La madre de Sair hacía limpieza en casas y su esposo se dedicaba a realizar actividades agrícolas en Honduras
