Redacción. El Departamento de Policía de Córdoba, Argentina, informó hoy que un niño de 13 años confesó haber asesinado a su mejor amigo de 14 años, dentro de una casa abandonada cerca de la escuela a la que asistían.
Según el informe, la confesión se produjo luego de que los primos de la víctima encontraran el cadáver del joven dentro de una casa deshabitada situada a unos 100 metros del centro escolar al que asistían.
La víctima respondía al nombre de Joaquín Sperani, quien se encontraba desaparecido desde el jueves 29 de junio.
La confesión
«Yo maté a Joaquín«, aseguró el supuesto asesino a la policía de la localidad de Labouleye, sudeste de la provincia de Córdoba, según informa el diario La Nación.
Asimismo, las marcas encontradas en el cuerpo de Sperani indican que el adolescente habría muerto de un golpe contundente en la cabeza. Además, cerca del cadáver los agentes encontraron un hierro y algunos ladrillos, con los cuales se habría dado muerte a Sperani.
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Además, un primer informe de la autopsia determina que la víctima no llegó a defenderse y que, su agresor, le habría propinado al menos 10 golpes, el primero de ellos por la espalda.
Ambos amigos estaban cursando el tercer año en el Instituto Provincial de Enseñanza Media. Joaquín fue visto con vida por última vez el pasado jueves. La bicicleta de la víctima quedó abandonada en la escuela, pero no había rastro del menor.
Intentó engañar a la Policía
Según el informe policial, al supuesto asesino se le confiscó el celular de su amigo e intentó desorientar a los investigadores en todo momento. Además, una cámara de seguridad los captó caminando juntos.
Asimismo, en sus primeros relatos el agresor brindó datos erróneos sobre el camino que siguieron cuando salieron del centro educativo.
Enrique Carreras, comisario de la policía, declaró ante los medios que «El testigo decía una cosa, después decía otra, estuvimos trabajando con él todo el día sábado y el viernes. Pero también es un mecanismo de defensa de quien puede ser el supuesto autor de un hecho de tal magnitud que lo niegue».
Por el momento no se conocen los motivos del joven para atacar a su amigo. Junto con otra compañera del instituto eran conocidos como ‘los tres mosqueteros’ y nunca tenían discusiones. «Todavía no caigo. Nos juntamos en casa, andábamos juntos por todos lados con los padres y con él», afirmó Martín Sperani, el padre de la víctima.