Redacción. A pesar de los avances tecnológicos y las misiones espaciales que han llevado a los humanos más allá de la órbita terrestre, la atmósfera de la Tierra sigue siendo un enigma en muchos aspectos.
Recientemente Doug Rowland, heliofísico de la NASA, explicó en un video publicado en YouTube que, contrariamente a la creencia popular, la atmósfera terrestre no termina abruptamente sobre nuestras cabezas.
Según Rowland, la atmósfera se extiende mucho más allá de lo que se imaginaba, diseminándose de forma progresiva a gran altitud. Esta fascinante perspectiva ha llamado la atención de la comunidad científica y del público en general, desafiando las ideas convencionales sobre lo que se entiende como «espacio exterior».
Polémica
«Cuando piensas en la atmósfera donde vivimos y respiramos, no se detiene justo encima de nuestras cabezas. Llega mucho más allá, simplemente se vuelve más tenue conforme asciendes», dijo Rowland. Su afirmación subraya que la atmósfera terrestre no tiene un límite concreto. En lugar de eso, se dispersa progresivamente a medida que se gana altitud.
Para fines prácticos y legales se ha adoptado la conocida línea de Kármán, situada a unos 100 kilómetros sobre la superficie terrestre, como el límite simbólico del espacio exterior. Pero, según la NASA, «no existe una línea clara entre el final de la atmósfera y el comienzo del espacio», lo que refuerza la idea de que la separación no es física ni precisa.
De igual interés: ¡Ya hay fecha para el fin del mundo! La NASA lanza advertencia apocalíptica
Una atmósfera más extensa de lo que se pensaba
En 2019, un estudio basado en datos del observatorio SOHO, desarrollado conjuntamente por la NASA y la Agencia Espacial Europea (ESA), reveló nuevos detalles sobre la atmósfera terrestre. El trabajo descubrió que una nube de hidrógeno, conocida como geocorona, rodea la Tierra. Esta nube se extiende hasta una distancia sorprendente de 630,000 kilómetros, cubriendo incluso la órbita de la Luna.
Igor Baliukin, autor principal de la investigación y miembro del Instituto de Investigación Espacial de Rusia, destacó que «la Luna vuela a través de la atmósfera terrestre». Este hallazgo implica que misiones espaciales históricas, como el alunizaje del Apolo 11, también se desarrollaron dentro de los límites de la atmósfera terrestre. Aunque extremadamente tenue en esa altitud, la atmósfera aún está presente.
La NASA reafirma la presencia de la atmósfera
Los datos obtenidos del estudio indicaron que incluso a unos 60,000 kilómetros de altitud, se detectaron alrededor de 70 átomos de hidrógeno por centímetro cúbico. Aunque en la órbita lunar esta cifra desciende a solo 0.2 átomos por centímetro cúbico, la presencia de la atmósfera terrestre sigue siendo evidente.
Doug Rowland también recalcó que más allá de la atmósfera terrestre, los cuerpos del sistema solar están inmersos en la atmósfera del Sol.