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viernes, abril 19, 2024

SPS: niña de 12 años cuenta el infierno que vivía con su padre y madrastra

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CORTÉS. Una niña de 12 años de edad reveló el infierno que vivía con su padre y su madrastra en Potrerillos, zona norte de Honduras, luego de que una golpiza propinada por ambos encargados la llevó en estado de gravedad al hospital en San Pedro Sula.

El pasado 20 de agosto, los abusos de Reiniery Ramos y Sandy Vaquedano, padre y madrastra, llegaron al límite. La menor de 12 años contó que Ramos empezó a agredirla a patadas y Vaquedano, la golpeó con una tabla, hasta casi desfigurar su rostro.

La comunidad La Garroba de Potrerillos, escuchando el llanto y dolor de la menor, notificó a las autoridades policiales. Ese día, ambos fueron detenidos y puestos tras las rejas.

Asimismo, la niña, luego de largos meses o quizás años de abuso, encontró la esperanza. Los agentes policiales la rescataron y llevaron al Hospital Mario Catarino Rivas en SPS, donde actualmente se recupera.

Apenas 12 días pasaron desde el incidente, y aunque las heridas siguen presentes, la pequeña pudo ver a sus hermanos y su madre después de mucho tiempo. Se investiga si la menor sufrió abuso sexual, lo que aumentaría la carga de delitos para ambos implicados.

«No quiero volver a mirarlos. Quiero que mi papá y mi madrastra se queden para siempre siempre en la cárcel. Eran muy malos y con mi mamá estoy feliz», dijo la niña.

Madre era amenazada por Reiniery Ramos

La madre de la menor, por su parte, reveló que recibía amenazas de Ramos. Anteriormente interpuso una denuncia en su contra por el delito de abuso sexual en perjuicio de una de sus hijas, hijastra de Reiniery.

Luego de su separación, el hombre la amenazaba para que le prestara a sus hijos; procreó tres pequeños con Ramos. Asegura que después él no quería regresarlos y si ella se los pedía, le decía que iba a matarlos.

La mujer vive en pobreza pero manifestó que luchará por sacar adelante a sus niños. Mientras tanto, pide a las autoridades que no lo saquen de prisión, pues teme por su vida.

«En el hospital estoy feliz. Tengo nuevas amigas y al salir quiero regresar a la escuela para aprender y jugar. Cuando sea grande quiero trabajar en una fundación para también ayudar a otros niños como yo y darle dinero a mi mami», concluyó la menor de 12 años.

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