Tegucigalpa, Honduras.- A tan solo 48 horas del banderillazo oficial dado por el Consejo Nacional Electoral (CNE), la capital del país ya se encuentra saturada de propaganda política en sus principales calles, avenidas y bulevares.
El martes 2 de septiembre los capitalinos amanecieron rodeados de carteles, pancartas y vallas políticas, mientras los diferentes partidos políticos mueven sus fichas de cara a las elecciones generales del 30 de noviembre.
En un recorrido realizado por Diario TIEMPO por el anillo periférico, y los bulevares Suyapa, Morazán, Próceres, Centroamérica y el San Juan Bosco, se constató la colocación masiva de afiches, en algunos casos hasta de manera duplicada en los mismos postes del tendido eléctrico.
Entre los rostros que más resaltan se encuentran: el del diputado de Libertad y Refundación (Libre), Juan Barahona, quien busca la reelección; el aspirante nacionalista a la alcaldía del Distrito Central, Juan Diego Zelaya, acompañado en la propaganda por el candidato presidencial del Partido Nacional, Nasry Asfura.
Otros aspirantes también han ocupado espacios visibles: Sandra Flores y Jhosy Toscano del Partido Liberal; Alia Kafati, también liberal, y Germán Ortiz de Libre, este último compartiendo cartel con la presidenciable Rixi Moncada y el actual edil capitalino, Jorge Aldana.
De la Democracia Cristiana figuran los nombres de Godofredo Fajardo y Felicito Ávila, mientras que por el Partido Nacional también resalta la figura del candidato a diputado Adolfo Ráquel.
La mayoría de los aspirantes a cargos de elección popular colocaron afiches pequeños, pero algunos de ellos llegaron a instalar hasta vallas.
Lo que la ley permite
De acuerdo con el CNE, la Ley Electoral faculta a los partidos y candidatos a difundir mensajes en distintos formatos y plataformas durante el período oficial de campaña.
Esto incluye televisión, radio, prensa escrita, cine, correos electrónicos, redes telefónicas, revistas, vallas, pancartas, camisetas, calcomanías, boletines, caravanas y hasta artículos promocionales como llaveros, calendarios o pines.
Asimismo, se autorizan reuniones, concentraciones públicas, marchas, caravanas y mítines. El abanico es amplio: desde anuncios luminosos y altoparlantes, hasta material impreso como folletos, afiches y volantes. En la era digital, también se incorporan medios como redes sociales, correos electrónicos y llamadas telefónicas.
En teoría, todo este marco busca garantizar igualdad de condiciones entre los actores políticos. Sin embargo, el uso excesivo de propaganda ha generado un debate sobre la verdadera efectividad de estas estrategias y los límites entre la promoción política y la contaminación visual.
Para evitar abusos y garantizar transparencia, el CNE contará en esta campaña con el acompañamiento de eMonitor+, una herramienta impulsada con el apoyo del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD). Este sistema pretende dar seguimiento a la propaganda, al gasto electoral y, de manera particular, a posibles hechos de violencia política.
Propuestas de calidad
Julieta Castellanos, exrectora de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH) y analista, afirmó que el pueblo requiere de propuestas de calidad y que si se puedan ejecutar.
Castellanos también fue enfática al señalar que Honduras atraviesa “los peores indicadores de desarrollo económico y social, además de retrocesos autoritarios”. En ese sentido, llamó a los políticos a presentar propuestas serias y no simples promesas de campaña.
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“Es bueno que escuchen los datos para que hagan propuestas. Que ahora digan cómo van a sacar el país adelante. Ojalá que la ciudadanía exija respuestas reales”, expresó.
Además, criticó la falta de aprobación de presupuesto para la Unidad de Política Limpia, ente encargado de la fiscalización de los gastos de campaña.
Un plan económico en el centro del debate
Por su parte, el economista Walter Romero coincidió en que la propaganda política debe acompañarse de un plan serio de desarrollo económico que aborde los problemas estructurales del país.
“Honduras no necesita excusas ni maquillaje en las cifras, sino un plan serio que reduzca la pobreza, que use el presupuesto como un verdadero instrumento de desarrollo en salud, infraestructura, y que le ponga freno a la corrupción y al endeudamiento que solo genera gasto corriente”, manifestó.

Romero añadió que la prioridad debe ser la generación de empleo. Así como la construcción de un Estado que sirva a la ciudadanía y no únicamente a un partido político. “Ese debe ser el verdadero plan de gobierno, no uno basado en consignas vacías”, concluyó.
Los rostros de los candidatos ya forman parte del paisaje urbano. Por ahora, la capital permanece cubierta de afiches y vallas. Los hondureños esperan que el ruido de la campaña no se quede en promesas y que los políticos traduzcan su propaganda en planes de acción.
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