La actriz Naya Rivera luce un cuerpazo a solo unos meses de haber dado a luz a su primer hijo, Josey Hollis, en septiembre de 2015. Sin embargo, las cosas fueron muy distintas durante los nueve meses de gestación de pequeño, según confesó ella misma a People.
«Me dejé ir completamente cuando estaba embarazada», dijo la actriz de raíces puertorriqueñas. «Mi peso no era algo en lo que quise enfocarme, así que comí todo y de todo y me la pasé bomba», aseguró.
La actiz también confesó que la llegada del pequeño a su vida lo cambió todo para ella y su marido, Ryan Dorsey. «Siempre te va a preguntar si estás haciendo la cosas mal, pero eso es lo que significa el ser madre», aseguró. «El preocuparte tanto por alguien más que tú misma [y] que quieres ser lo más perfecta posible».
En cuanto a la manera en que ha recuperado su silueta, Rivera dijo que subió 60 libras de peso durante el embarazo, 30 de las cuales perdió entre la lactancia, el tratar de comer mejor y hacer ejercicios de bajo impacto. Las otras 30 libras han sido otro cuento.
«Mi clóset se dividía en dos partes: una para las prendas de maternidad y el otro para la ropa que pensé que nunca más me podría volver a poner», explicó. Ahora la bella está en forma gracias a la ayuda de un entrenador personal.
«Yo sé, soy muy suertuda porque muchas mamás no se pueden pagar uno», admitió, pero también confesó que no es una persona con mucha motivación personal cuando de hacer ejercicio se trata. «No sé qué hacer en el gimnasio. Siempre me siento perdida. Hice muchas pesas, cosa que nunca hice antes [pero] usaba mi ropa de maternidad mientras sudaba la gota gorda», aseguró.
Hace un par de horas, la bella actriz compartió por medio de Instagram una foto tras bambalinas de la sesión fotográfica que hizo para People, con su pequeño retoño en brazos, al cual, por cierto, no cesa de presumir por redes sociales.
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