CORTÉS, HONDURAS. Siglo 21, una constructora que ejecuta proyectos de mala calidad a costillas de los sampedranos, tiene permiso para trabajar supuestamente porque está cumpliendo los requisitos de bioseguridad necesarios para hacerlo, según el presidente de la Cámara Hondureña de la Industria de la Construcción (CHICO), Gustavo Boquín.
No obstante, hay otras empresas de construcción que también reúnen las mismas condiciones necesarias, pero que sus solicitudes permanecen engavetadas desde hace varias semanas por diferentes corporaciones municipales del país. ¿Favoritismo?
«Todas las empresas constructoras que se mantienen funcionando bajo las medidas de bioseguridad están dando trabajo a familias que lo necesitan«, argumentó Boquín. Y si bien esto es verdad, si se aprobaran ya los permisos de las demás empresas del rubro, entonces, habría todavía más empleo, ¿No?
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Asimismo, Boquín confirmó que las constructoras SÍ están contempladas en la «fase 0» de la reactivación económica, NO solo en la «fase 1», por lo que, en ciudades como Tegucigalpa y San Pedro Sula y departamentos como Olancho Choluteca, Atlántida, Comayagua, Santa Bárbara, Lempira y Colón, que retrocedieron a la fase 0, el rubro puede trabajar sin problemas.
Pero, una vez más, cabe decir que la denuncia y molestia de varios empresarios no es contra el retroceso de la reapertura, sino contra la aparente inclinación de otorgar permisos a unas constructoras y a otras no.
Además, al consultarle a Gustavo Boquín por qué Siglo 21 está desarrollando proyectos grandes y no pequeños como presuntamente debía ser según dijo él mismo en abril pasado, contestó que «Se debe arrancar con los trabajos más grandes porque son en los que la gente está más separada. Es decir, entre más grande es la construcción, más seguro es para los obreros», por el distanciamiento entre cada uno.
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Siglo 21 seguirá exprimiendo a sampedranos
Por si los aparentes privilegios que goza sobre las demás constructoras no fuesen suficientes, este 2020, Siglo 21 siempre va a seguir llenando sus arcas gracias al grosero monto adicional que los sampedranos deben pagar junto a la matrícula de sus autos, el cual se destina meramente al consorcio.
El consorcio de Siglo 21 se aprobó en el 2014, y desde el 2015 se le cobra la tasa a los sampedranos. Pero, como si no fuera suficiente abuso, hay una cláusula que establece que cada año, la cuota a pagar incrementará 6% con respecto a la anterior. Por lo que, para el 2030, usted desembolsará más del 100% de la tarifa inicial del 2015.
Queda en evidencia que Siglo 21 es una empresa enriquecida con dinero de los ciudadanos de San Pedro Sula. Por tanto, no tendría necesidad de desarrollar trabajos y exponer a sus empleados en medio de la pandemia, pues con los más de L900 millones que ha recaudado desde 2015 a 2019, debería tener dinero de sobra para honrar salarios sin recurrir a suspensiones.
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