Redacción. La mañana de este martes 18 de noviembre se transformó en un caos digital a nivel mundial debido a una interrupción masiva en los servicios de Cloudflare.
La empresa tecnológica, que actúa como el motor de seguridad en la nube y el gestor de tráfico para cerca del 20% de todo el internet, experimentó un fallo que dejó inaccesibles o gravemente afectados a miles de sitios web y aplicaciones populares.
En este sentido, Cloudflare funciona como un «intermediario» de seguridad. Es una especie de antivirus avanzado que se interpone entre los datos y los usuarios. La falla residió precisamente en esta capa de protección y networking, dejando a plataformas esenciales como X (antes Twitter), la herramienta de diseño Canva y el avanzado chatbot ChatGPT de OpenAI sin capacidad de operar correctamente.
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El problema se extendió incluso a la industria del entretenimiento, afectando juegos populares como League of Legends.
Alcance
El incidente es particularmente grave debido a la enorme huella de Cloudflare, que abarca más de 330 ciudades en más de 120 países y se interconecta con más de 13,000 proveedores de red. Cuando una empresa con esta infraestructura central falla, las repercusiones son inmediatas y globales.
A través de su sitio web de estado, la compañía confirmó rápidamente la magnitud del problema: «la red global de Cloudflare está experimentando problemas». La respuesta inicial se centró en mitigar los daños: “Hemos implementado cambios que han permitido la recuperación de Cloudflare Access y WARP. Los niveles de errores para los usuarios de Access y WARP volvió a los niveles previos al incidente”, informó la empresa.
Los problemas no se limitaron a las plataformas de entretenimiento y redes sociales. Según la plataforma de monitoreo Downdetector, la lista de servicios con anomalías es extensa e incluye a la red de citas Grindr.
La empresa de seguridad sigue investigando activamente las fallas persistentes en otros servicios, mientras ingenieros trabajan contrarreloj para estabilizar la red global y restaurar la normalidad para los millones de usuarios que dependen de sus sistemas de ciberseguridad. Este evento subraya la fragilidad de la dependencia global en unos pocos proveedores de infraestructura de internet.
