Redacción. La aldea Chajabal en Guatemala experimentó el pasado domingo un fenómeno meteorológico poco habitual: una fuerte lluvia acompañada de granizo que sorprendió a los habitantes de la localidad.
La precipitación se produjo durante la tarde y estuvo marcada por un cambio abrupto en las condiciones climáticas, generando impacto en la vida cotidiana del municipio de Totonicapán, Guatemala.
De acuerdo con reportes del Instituto Nacional de Sismología, Vulcanología, Meteorología e Hidrología (INSIVUMEH), el evento se produjo como consecuencia del ingreso de humedad desde el océano Pacífico y un aumento de la temperatura máxima durante la jornada.
Esta combinación favoreció la formación de nubes de tormenta, que provocaron la caída de granizo sobre techos, caminos y cultivos de la aldea.
Testigos describieron que el cielo se cerró de manera repentina y que las pequeñas piedras de hielo, comparadas con “perlas blancas”, cubrieron rápidamente la localidad.
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Inusual
La escena fue acompañada por un silencio inusual y una sensación de frío que transformó temporalmente la aldea, ofreciendo un espectáculo natural de gran belleza y recordando una tarde invernal en pleno mes de noviembre.
Aunque no se reportaron personas lesionadas, algunas viviendas y sembradíos sufrieron afectaciones menores debido al impacto del granizo.
Autoridades locales aprovecharon para recordar a la población la importancia de mantenerse informada sobre alertas meteorológicas y de tomar precauciones ante cambios climáticos repentinos, especialmente en zonas de alta altitud como Totonicapán.
Este fenómeno se enmarca dentro de una serie de eventos climáticos inusuales registrados en distintas regiones del país durante las últimas semanas.
La combinación de humedad, temperatura y relieve montañoso hace que localidades como Chajabal puedan experimentar granizadas repentinas, aunque de corta duración.
La granizada del 16 de noviembre dejó, más allá de posibles daños materiales, una imagen impactante de la fuerza y la belleza de la naturaleza. Esto convirtió por unas horas a Chajabal en un escenario pintoresco digno de la memoria de quienes presenciaron el fenómeno.
