Redacción. La política chilena se adentra en un periodo de alta polarización, con la comunista Jeannette Jara y el ultraderechista José Antonio Kast listos para confrontar modelos de país totalmente opuestos en la segunda vuelta presidencial programada para el 14 de diciembre.
Con el 100% del escrutinio de la primera vuelta, Jara, representante del oficialismo de izquierda, lideró con un 26.8% de los apoyos, por encima de Kast, quien obtuvo el 23.9%. Dado que ninguno de los ocho candidatos logró superar el 50% de los votos, la presidencia se resolverá el próximo mes en un decisivo cara a cara entre estas dos posturas antagónicas.
El paso de Jara al balotaje fue facilitado por el alineamiento del centroizquierda que actualmente gobierna con Gabriel Boric. Por el contrario, la derecha se presentó fragmentada, permitiendo a Kast consolidarse como el principal referente de su sector.
Respaldo
El tercer candidato con mayor respaldo, Franco Parisi (19%), se ha convertido en el actor clave de esta segunda etapa. Se espera que el voto de derecha aglutinado por Evelyn Matthei y Johannes Kaiser (cerca del 27% entre ambos) se dirija hacia Kast, por lo que los votos de Parisi resultarán determinantes para las aspiraciones de Jara.

La candidata oficialista, buscando ampliar su base, enfatizó que «nuestro país tiene futuro y está en los niñas y niños» y apeló a la ciudadanía a valorar y cuidar la democracia. Además, destacó propuestas de Parisi y otros candidatos no alineados con la derecha para atraer su respaldo.
Discurso
Por su parte, Kast, quien estuvo acompañado por Matthei en su discurso y recibió el apoyo de Kaiser, hizo un llamado a la unidad de su sector. El abogado conservador, que busca la presidencia por tercera vez, afirmó que «por el bien de Chile y por salir de la crisis en la que estamos, la unidad es fundamental».
No obstante, Parisi rechazó respaldar a cualquiera de los finalistas, a los que definió como de extrema izquierda y extrema derecha, respectivamente, instándolos a que se enfoquen en «la gente» y dejen a un lado la «ideología».

Congreso
La jornada electoral también definió la composición del Congreso, resultando en una mayoría para la derecha. El Partido Republicano de Kast y sus aliados socialcristianos y libertarios se aseguraron 42 diputados. Mientras que la coalición Chile Grande y Unido obtuvo 34 escaños, sumando la mayoría en la Cámara. En el Senado, estas fuerzas de derecha obtuvieron 27 de las 50 sillas. En contraste, la coalición de Jara (Unidad por Chile) logró 61 diputados y 20 senadores.
El proceso tuvo una alta participación del 85,3%, un fenómeno esperado debido a que el voto es obligatorio en el país suramericano. Los temas de la campaña han estado fuertemente marcados por la preocupación ante la criminalidad y la migración ilegal.
Retos de los contendientes
El análisis de Daniel Pardo de BBC Mundo señala que el resultado demuestra que el electorado chileno está cansado de la batalla cultural y busca nuevas soluciones. Este es un fenómeno evidenciado por el importante voto a Franco Parisi, un economista más centrado en los problemas cotidianos que en la lucha ideológica.
La coalición de izquierda no logró siquiera el 30% de los votos, lo que representa un duro golpe para el gobierno de Boric. Jeannette Jara, que ya no es la favorita, deberá pasar de la defensa al ataque. Ella debe presentarse como la salvaguarda de la democracia frente a un contrincante visto por muchos como antiliberal.
Su principal reto es desvincularse de la etiqueta de comunista y distanciarse del gobierno saliente. A la vez que atrae votos de un electorado preocupado por la seguridad, temas fuertes de la derecha. Jara, exministra de Trabajo y con una trayectoria que incluye logros como la reducción de la jornada laboral a 40 horas, debe conquistar un electorado crítico.

José Antonio Kast, abogado católico y conservador que ya ganó la primera vuelta en 2021, tiene la misión de asegurar los votos del resto de su sector.
Kast, a quien se compara con figuras como Donald Trump o Nayib Bukele, debe evitar que la segunda vuelta se convierta en un plebiscito sobre sus supuestas tendencias radicales. Aunque ha defendido el régimen militar de Pinochet, ha negado avalar los abusos a los derechos humanos. Su postura lo posiciona como el representante de una «derecha nacionalista populista», según el politólogo Robert Funk.
El 14 de diciembre, Chile elegirá entre el continuismo de izquierda reformista y la propuesta de cambio radical y conservador.



