Redacción. Las propuestas tecnológicas de Elon Musk continúan generando debate a nivel internacional. Recientemente, el magnate presentó una idea que podría transformar radicalmente el funcionamiento de las prisiones: utilizar robots para supervisar a personas que han cometido delitos.
Musk, conocido por su impulso hacia soluciones innovadoras, sostiene que la vigilancia robótica podría reemplazar al sistema penitenciario tradicional y ofrecer una alternativa que él considera más “humana”.
Durante una reunión con accionistas de Tesla, Musk explicó que, en lugar de mantener a los presos en cárceles, cada individuo podría recibir un robot Optimus como acompañante constante. Estos robots actuarían como vigilantes personales, encargados de monitorear el comportamiento de la persona y asegurarse de que no cometa acciones delictivas. Según Musk, la tecnología puede proporcionar métodos más seguros y efectivos para controlar la delincuencia.

Propuestas virales
Aunque la idea para muchos usuarios en las redes sociales suena a ciencia ficción, refleja tendencias que la literatura y el cine han explorado durante décadas: cárceles automatizadas y vigilancia constante mediante inteligencia artificial. Musk, sin embargo, no ofreció detalles concretos sobre cómo implementaría el sistema ni sobre los mecanismos de control y regulación de los robots.
El concepto ha captado la atención de medios y la población en general, pero genera múltiples interrogantes. No se ha definido quién asumiría los costos de inversión y mantenimiento, cómo se garantizaría la seguridad ni cómo se evitarían posibles fallos tecnológicos. Además, persisten dudas legales sobre la supervisión robótica de ciudadanos condenados.
A pesar de las preguntas sin respuesta, la propuesta subraya la inclinación de Musk por soluciones poco convencionales que combinan inteligencia artificial y robótica. Para el magnate, este enfoque podría constituir un método más “humano” de contener la delincuencia en comparación con las cárceles tradicionales, aunque su viabilidad práctica aún está por evaluarse.


