Redacción. Un día después de la operación policial que dejó más muertos en la historia de Brasil, el país sudamericano recoge las primeras certezas y se plantea preguntas sobre la acción contra el grupo narco Comando Vermelho en las favelas de Río de Janeiro.
Con un balance oficial de 132 muertos —y extraoficial de 134—, de los cuales cuatro eran policías, el megaoperativo en las favelas de Alemao y Penha mostró la cara más violenta de la ciudad.
La llamada “Operación Contención” buscó debilitar al Comando Vermelho, el principal grupo criminal de Río de Janeiro y el que más se ha expandido en los últimos años, según las autoridades.
Las fuerzas de seguridad invadieron los complejos de favelas de Alemao y Penha, considerados bases centrales del Comando, donde la organización superó recientemente a las milicias parapoliciales en extensión territorial, aunque la hegemonía del crimen organizado en Río sigue en disputa, según expertos.
Operativo fatal
El gobierno del estado contabilizó hasta ahora 132 muertos, aunque no descarta que la cifra aumente con el paso de las horas. Las autoridades también informaron de 113 detenidos y la incautación de 91 fusiles. “Se incautó una gran cantidad de droga”, declaró el gobernador Cláudio Castro el martes, aunque hasta ahora no se detalló el tipo ni la cantidad de estupefacientes.
Esta operación policial superó en letalidad a la masacre de Carandiru de 1992, cuando 111 presos fueron asesinados por fuerzas de seguridad en una cárcel. En Río, los segundos operativos más letales ocurrieron en 2021 y 2022, en las comunidades de Jacarezinho y Vila Cruzeiro, con 28 y 25 muertos, respectivamente. En ambos casos también gobernaba Cláudio Castro.
Lula al margen
La operación fue diseñada y ejecutada por el gobierno del estado de Río, bajo el mando de Castro, aliado del expresidente ultraderechista Jair Bolsonaro. El ministro de Justicia, Ricardo Lewandowski, aseguró que se realizó “sin conocimiento del gobierno federal” de Luiz Inácio Lula da Silva.
Luego de permanecer en silencio, Lula se pronunció en la red X el miércoles por la noche:
“No podemos aceptar que el crimen organizado continúe destruyendo familias, oprimiendo vecinos y esparciendo drogas y violencia por las ciudades. Precisamos un trabajo coordinado que alcance a la columna vertebral del tráfico (de drogas, ndlr) sin poner a policías, niños y familias inocentes en riesgo”.
Lo que falta saber
Hasta ahora se desconoce la identidad de los muertos, por lo que no se sabe si todos eran sospechosos buscados con orden judicial. Tampoco se divulgó la identidad de la gran mayoría de los detenidos, lo que dificulta conocer el impacto real en la estructura del Comando Vermelho.
Según medios brasileños, uno de los capturados sería Thiago “Belao” do Nascimento Mendes, señalado como ladero de “Doca” Alves de Andrade, supuesto jefe del Comando en la región, quien logró escapar.
Vecinos denunciaron ejecuciones, mientras que un juez del Supremo brasileño solicitó a Castro detalles sobre la operación para determinar si la policía actuó dentro de la ley y lo convocó a una audiencia.
El secretario general de la ONU, António Guterres, pidió investigar “inmediatamente” lo ocurrido.
Mientras Río intenta volver a la calma, sus habitantes se preguntan si habrá coletazos de violencia en los próximos días. Numerosas ONG criticaron la extrema violencia de la operación, mientras que la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos se declaró “horrorizada” y exigió investigaciones rápidas.
