Redacción. El Comisionado Nacional de los Derechos Humanos (Conadeh) denunció que, aunque ha habido avances en la inclusión de mujeres en cargos de elección popular y espacios de poder en Honduras, el machismo y la discriminación siguen limitando su participación y representación en la política, lo que afecta el fortalecimiento de la democracia.
Subrayó la necesidad de establecer condiciones que permitan el desarrollo pleno de las mujeres y el cumplimiento de los principios de igualdad y equidad, esenciales para garantizar su participación efectiva en la política.
Advirtió que la violencia social e institucional contra las mujeres coarta su acceso a la política, creando un ambiente hostil que desmotiva tanto a las mujeres víctimas como a otras interesadas en participar.
Casos atendidos
Durante el proceso electoral del 2021, el Conadeh recibió 260 quejas relacionadas con derechos humanos en el contexto político, de las cuales el 20 % fueron presentadas por mujeres.
Además, como parte de su observación electoral, el Conadeh registró 120 casos de violencia electoral y 16 incidentes de violencia de género.
En agosto de 2024, el Conadeh inició el proyecto “Mujeres Visibles: Cambios Posibles”. A través de este documentaron casos de violencia contra mujeres en la política.
Asimismo, este análisis preliminar confirmó que persisten las dinámicas de machismo y discriminación, afectando a las víctimas directas y a quienes se sienten desalentadas a participar en espacios de poder.
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Violencia política contra las mujeres
En el marco de los 16 días de activismo contra la violencia de género, el Conadeh destacó patrones de violencia política relacionados con:
- Estereotipos y sesgos de género.
- Culturalización y normalización del machismo.
- Violencia institucional.
La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) ha señalado que esta violencia se sustenta en la premisa de inferioridad de las mujeres frente a los hombres. Aseveró que restringe su participación en espacios políticos y sociales.
Además, el Conadeh reafirma la necesidad de crear entornos libres de violencia y discriminación para las mujeres en Honduras.
Este compromiso exige implementar políticas públicas efectivas. También requiere monitoreo constante y educación sobre igualdad de género para eliminar patrones de violencia y exclusión.
