REDACCIÓN. Una mujer fue capaz de someterse a un extraño tratamiento para dar a luz a un varón y garantizar el futuro financiero de la familia como es costumbre en la nación de Pakistán.
Según informó la AFP, la mujer buscó un curandero para garantizar tener un varón y quien le recomendó incrustarse un clavo en la cabeza y la mujer desesperada aceptó.
Por imposible que parezca, la historia se viralizó en las redes sociales luego que la mujer buscó un hospital. Esto debido al insoportable dolor que sentía.
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Según la información recabada, el curandero le colocó el clavo en su cabeza para que engendrara un varoncito. Pero, el sufrimiento no la dejó terminar con el tratamiento, al tener que retirar el clavo de su cabeza.
Los médicos indicaron que afortunadamente la futura madre no tuvo lesiones en su cerebro, sino habría sido mortal para ella y su bebé.
Familiares revelaron que la decisión de someterse al extraño tratamiento fue para buscar que su primer embarazo fuera un varoncito, para el futuro financiero del hogar, como es considerado en Pakistán.
“Estaba completamente consciente, pero tenía un dolor inmenso”, se indicó sobre el diagnóstico médico.
El clavo atravesó la parte superior de su frente sin tocar su cerebro, afortunadamente, autoridades paquistaníes investigan el hecho para dar con el responsable.
Hicieron un llamado a la población a no someterse a ese tipo de tratamientos y a entender que el género de un bebé no lo define un curandero.
¿Qué define el género de un bebé?
La gametogénesis es el proceso en el que se generan las células sexuales, espermatozoides en el caso de los hombres, y óvulos en las mujeres.
Estas células sexuales, es decir, los óvulos y los espermatozoides, no contienen 23 pares de cromosomas, como el resto de las células del cuerpo, sino que tienen 23 cromosomas cada uno.
De este modo, cuando el espermatozoide fecunda un óvulo, forman un zigoto que tendrá los 46 cromosomas, 23 provenientes de la madre y los otros 23 del padre.
Los óvulos siempre tienen el cromosoma sexual X puesto que, las mujeres poseen dos cromosomas X. Los espermatozoides, sin embargo, pueden tener, o bien un cromosoma X, o bien un cromosoma Y.
Por lo tanto, si es un espermatozoide con un cromosoma X el que fecunda al óvulo, el zigoto resultante será de sexo femenino (XX).
Por el contrario, si el espermatozoide que fecunda al óvulo tiene un cromosoma Y, el zigoto será de sexo masculino (XY).
En definitiva, genéticamente, la probabilidad de tener un niño o una niña depende de si el espermatozoide que fecunda al óvulo es X o Y.
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