REDACCIÓN. Nuevas y estremecedoras revelaciones surgieron durante la audiencia inicial celebrada el pasado miércoles 3 de abril en el Juzgado de lo Penal de Comayagua, sobre el brutal asesinato de los ingenieros agroindustriales Fernanda Leticia Jiménez Padilla, de 24 años, y Rubén Edgardo Morales Mejía, de 29.
Ambos jóvenes fueron encontrados sin vida el sábado 29 de marzo en una vivienda alquilada por sus presuntos asesinos en la colonia Villa Universitaria. Los cuerpos presentaban signos de degüello y múltiples heridas con arma blanca.

Durante la audiencia, un testigo protegido ofreció un testimonio que podría esclarecer el trasfondo del crimen. Según sus declaraciones, las víctimas recibieron amenazas durante casi un año, relacionadas con una fallida transacción comercial entre Fernanda Jiménez y el principal sospechoso del crimen, Mario Antonio Álvarez Fúnez, alias “Toño”.
El testigo relató que Fernanda había pagado 135,000 lempiras a Álvarez como adelanto por un vehículo que este le prometió traer desde Estados Unidos. Sin embargo, nunca fue entregado. Desde junio de 2024, la joven ingeniera realizaba pagos mensuales con la esperanza de recibir el automóvil. Sin embargo, el sospechoso ofrecía excusas constantes para no concretar la entrega, alegando problemas en aduana o reparaciones pendientes.
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En los últimos meses, a Fernanda la habrían presionado para continuar enviando dinero, incluso a través de intermediarios desconocidos. Pese a la creciente preocupación, ni ella ni Rubén denunciaron la situación ante las autoridades, aparentemente por miedo o desconfianza.

El Ministerio Público ha acusado formalmente a Mario Antonio Álvarez Fúnez, de 25 años, junto a Sindy Janeth Domínguez Zelaya y Jennifer Dean Pereira, por los delitos de asesinato y robo de vehículo. Todos enfrentan cargos por su presunta participación en este crimen que ha conmocionado a la comunidad de Comayagua.