Redacción. Un joven de 25 años, señalado como presunto autor de un violento ataque armado contra una familia, murió la tarde de este martes en el Hospital General del Sur luego de recibir un disparo en la cabeza, confirmó personal médico.
La herida fue provocada por el padre de dos mujeres que resultaron heridas durante el atentado.
El hecho ocurrió en horas de la mañana del martes 24 de junio, en una comunidad del municipio de El Corpus, Choluteca.
Según reportes preliminares, el ahora fallecido habría disparado contra un turismo donde se transportaban un hombre, su esposa y su cuñada. Las mujeres, hermanas de entre 20 y 30 años, fueron alcanzadas por las balas; una de ellas permanece en condición grave.
Minutos después del ataque, el padre de las jóvenes llegó a la escena y logró identificar al sicario, quien ya estaba bajo custodia policial.
En un aparente acto de desesperación, se acercó y le disparó a quemarropa en la cabeza. Aunque el presunto sicario fue trasladado de inmediato al Hospital General del Sur, perdió la vida horas más tarde, a las 3:50 p. m..
Las víctimas del ataque inicial continúan hospitalizadas en estado reservado, al igual que el conductor del vehículo. La Policía Nacional mantiene presencia tanto en el hospital como en la escena del crimen, mientras continúan las investigaciones para esclarecer los motivos detrás del ataque.
Situación del padre de las afectadas
El padre, identificado hasta ahora como Montenegro, fue detenido en el lugar por agentes policiales que presenciaron el hecho. Expertos en derecho penal explicaron que su reacción no puede considerarse legítima defensa, ya que ocurrió después del atentado, cuando el sospechoso ya estaba reducido.
Por ello, Montenegro podría enfrentar cargos por homicidio y su audiencia inicial fue programada para el próximo martes 1 de julio a las 9:00 de la mañana en los juzgados de Choluteca.
El caso ha generado conmoción en la zona sur del país, al exponer el dolor de una familia víctima de la violencia y la delgada línea entre justicia y venganza. Para muchos, este hecho refleja cómo la inseguridad puede empujar a personas comunes a actuar en situaciones límite.