Redacción. El monseñor Giacomo Antonicelli, secretario saliente de la Nunciatura Apostólica en Honduras, se despidió oficialmente del país con una emotiva misa de acción de gracias en el Santuario de Suyapa.
Antes de partir para una nueva misión diplomática asignada por el papa León XIV, Antonicelli expresó su profundo afecto por Honduras y su gente.
Durante su homilía, visiblemente conmovido, el monseñor expresó su gratitud a la Virgen de Suyapa, conocida como la «Morenita», por haberlo acogido durante los últimos cinco años.
En este tiempo, Antonicelli no solo cumplió con sus deberes diplomáticos, sino que también mantuvo un rol pastoral muy activo, especialmente entre los jóvenes del Movimiento Juvenil Salesiano y la comunidad del Templo de la Juventud San Juan Bosco. Su dedicación y cercanía con la feligresía marcaron su paso por el país.
Antonicelli aseguró que no podía irse de Honduras sin despedirse de «La Morenita».
Agradecimiento
El diplomático cátolico aseguró que se marcha con una mezcla de sentimientos: la satisfacción del deber cumplido y la profunda nostalgia de dejar un pueblo que lo acogió «con tanto cariño».
Sin embargo, también manifestó su alegría por la nueva responsabilidad que asume, confiando en la guía divina. Del mismo modo, Antonicelli extendió que se siente agradecido con el papa León XIV por la confianza depositada en él.
Antonicelli continuará con la misión ordenada por el Vaticano.
En su despedida, el monseñor Antonicelli extendió un sincero agradecimiento a toda la comunidad católica de Honduras por su afecto, colaboración y la fe compartida.
La comunidad del Instituto San Miguel y del Santuario San Juan Bosco le rindió un emotivo homenaje. Al religioso lo despidieron con aplausos y oraciones en reconocimiento a su servicio y cercanía. De esta manera, la partida de Antonicelli marca el cierre de un ciclo de cinco años de labor diplomática y pastoral en la nación centroamericana, dejando una huella de entrega, servicio y calidez humana.