Redacción. Cada vez más estudios coinciden en que el ejercicio físico no sólo es un pilar esencial para mantener la salud general, sino también una herramienta poderosa en la prevención y el tratamiento de la diabetes y la resistencia a la insulina.
Sin embargo, más allá del tipo o la intensidad del entrenamiento, hay un factor que cobra relevancia: la hora del día en que se realiza la actividad física.
Tarde: el horario ideal para bajar la glucosa
Una investigación publicada en ScienceDirect reveló que hacer ejercicio por la tarde puede tener un mayor impacto en la reducción del azúcar en sangre, especialmente en personas con diabetes tipo 2 o prediabetes.
¿La razón? A medida que transcurre el día, el cuerpo tiende a volverse menos sensible a la insulina, por lo que ejercitarse en este período ayuda a evitar picos de glucosa y mejora el metabolismo de la glucosa de forma más eficaz.
Este hallazgo se suma a la creciente evidencia que sugiere que el momento del entrenamiento puede ser tan importante como su tipo o duración. Esto, en particular, para quienes buscan controlar enfermedades metabólicas.
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Después de comer: el mejor momento dentro del día
Además del horario general, expertos recomiendan que las personas con resistencia a la insulina realicen ejercicio aproximadamente 30 minutos después de comer. Esto permite al cuerpo utilizar la glucosa presente en el torrente sanguíneo. Es decir, previniendo subidas bruscas que pueden ser peligrosas en personas con alteraciones en la regulación del azúcar.
Michael Joseph Gross, autor del libro Stronger, también advierte que caminar después de una comida puede ser beneficioso. Aunque no sustituye el impacto que tienen entrenamientos más exigentes en términos de ganancia muscular y control glucémico.
Qué tipo de ejercicio es más eficaz
Aunque cualquier movimiento es mejor que ninguno, los especialistas coinciden en que los entrenamientos de fuerza y los intervalos de alta intensidad (HIIT) son los más efectivos para mejorar la sensibilidad a la insulina y reducir los niveles de azúcar en sangre.
El Dr. Gerald I. Shulman, profesor de medicina y fisiología en la Facultad de Medicina de Yale, subrayó que levantar pesas pesadas, en vez de optar por rutinas ligeras, es especialmente beneficioso.
Además, recomendó alternar entrenamientos de fuerza con rutinas de alta intensidad para potenciar los resultados, tanto en personas con diabetes como en quienes desean prevenirla.
Ejercicio como herramienta de prevención
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el número de personas que viven con diabetes se cuadruplicó en poco más de tres décadas, pasando de 200 millones en 1990 a 830 millones en 2022. Frente a esta realidad, el ejercicio se posiciona al menos al mismo nivel de importancia que la dieta, según expertos citados por The New York Times.
El Dr. Donald Hensrud, especialista en medicina preventiva y nutrición de la Clínica Mayo, indicó que incluso en personas que ya fueron diagnosticadas con diabetes, los cambios en el estilo de vida, como el ejercicio y la pérdida de peso, pueden revertir o detener el progreso de la enfermedad.
«Les digo a las personas que recién tienen diabetes que tienen el control y que lo más importante es bajar de peso. Esto mediante cambios en la dieta y ejercicio», aseguró el Dr. Hensrud.
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