Redacción. La lucha de las comunidades indígenas de la Mosquitia sigue firme tras casi dos meses de protesta en rechazo a la construcción del Centro de Reclusión de Emergencia (CRE) en Mocorón, Puerto Lempira, departamento de Gracias a Dios.
Los líderes indígenas han reiterado su oposición al proyecto, denunciando la falta de consulta previa por parte del gobierno. Reiteran que es una acción que consideran un irrespeto a sus derechos y tradiciones ancestrales.
Avilés Murphy, presidente del Consejo Territorial de la Federación de Indígenas Nativos de Mocorón, explicó que los distintos consejos de la zona se han unido para manifestarse.
Señaló que están completamente en desacuerdo con la construcción de la cárcel e hicieron un llamado al gobierno para expresar su oposición.
Por su parte, representantes de la organización Masta (Mosquitia Asla Takanka – organización que representa a los misquitos de Honduras) señalaron que no están dispuestos a negociar sobre este tema.
Como próxima medida, planean una movilización masiva hacia la capital hondureña. Además, advirtieron que, de no haber cambios en la decisión gubernamental, llevarán su reclamo a instancias internacionales en busca de justicia.
Mientras tanto, los manifestantes han establecido una base de operaciones en Mocorón con tres cabañas destinadas a reuniones, cocina y descanso. Este espacio les permite mantener su resistencia activa y organizada mientras defienden los derechos de las comunidades y la memoria de sus ancestros.
Sagrado
Días atrás ya habían mostrado su descontento con la construcción de la cárcel, destacando preocupaciones culturales y espirituales.
Mirna Wood, vicepresidenta de la organización Masta, denunció que el terreno destinado al proyecto incluye un campo santo que es considerado un sitio sagrado por la comunidad.
También afirmó que cada pueblo indígena cuenta con interlocutores legítimos, personas desvinculadas de estructuras externas.
Estas declaraciones se dieron como respuesta a los señalamientos sobre una posible falta de representatividad de las voces críticas hacia la construcción de la cárcel, la cual tendría capacidad para albergar a unos 20 mil reclusos, según autoridades.