Redacción. La reciente victoria de Donald Trump en las elecciones presidenciales de Estados Unidos ha generado incertidumbre entre los migrantes que se encuentran en Tapachula, Chiapas, principal punto de entrada en la frontera sur de México.
La preocupación, como la del ecuatoriano Pablo Carrera, surge ante la posibilidad de que el Gobierno mexicano restrinja el tránsito de migrantes hacia el norte en respuesta a políticas más severas por parte de EE.UU.
Carrera expresó que los migrantes desean continuar su camino hacia la frontera norte con la esperanza de cumplir sus metas. Igualmente, señaló el trato discriminatorio que enfrentan en su travesía.
Esta situación se da en un contexto de creciente inseguridad en la región, donde casi el 92 % de los habitantes de la frontera sur perciben altos niveles de inseguridad, según datos de la Encuesta Nacional de Seguridad Pública Urbana (ENSU) del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).
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Esperanzas
En su primer día de mandato, el pasado 1 de octubre, la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, defendió su enfoque «humanitario».
En ese sentido, lo dirigió a temas migratorios y prometió una estrategia de desarrollo para la frontera sur. La iniciativa incluye proyectos industriales y oportunidades laborales.
La próxima secretaria de la Frontera Sur de Chiapas, María Amalia Toriello, también subrayó que habrá alternativas laborales para los migrantes. Destacó la importancia de coordinar la seguridad y desarrollo en esta región.
Sheinbaum informó que se ha registrado una reducción del 76 % en la detención diaria de migrantes en la frontera sur desde diciembre pasado. Esto es un indicio del cambio en la política migratoria.