Redacción. La Navidad de 2024 marcó una fecha de tristeza y esperanza para miles de migrantes que permanecen varados en la frontera sur de México, enfrentando la incertidumbre generada por las políticas migratorias tanto de México como de Estados Unidos, en especial del presidente electo, Donald Trump.
Por ello, familias enteras, en su mayoría venezolanas, celebraron la festividad en campamentos improvisados, durmiendo en calles y sobreviviendo con recursos limitados.
Denys, un venezolano que lleva tres meses en Tapachula junto a su familia, expresó su deseo de pasar una Navidad tranquila a pesar de las adversidades. «Aquí cocinamos en leña, vamos a hacer nuestras hallaquitas y le damos gracias a Dios que las vamos a hacer», comentó mientras preparaba el platillo tradicional venezolano, en fogatas hechas con leña y bloques de construcción.
Al igual que Denys, José, otro migrante venezolano, duerme en una acera con su hijo mientras espera su cita para solicitar asilo en Estados Unidos a través de la aplicación CBP One. “El mejor regalo sería mi cita, que me salga a mí, a mis compañeros y a mi familia”, manifestó José, quien sobrevive gracias a la ayuda de vecinos.
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Restricciones y políticas migratorias
La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, afirmó que los migrantes tienen opciones como trabajar en México o regresar a sus países de origen, pero reconoció que el programa CBP One podría ser afectado tras la toma de posesión de Donald Trump el 20 de enero.
El gobierno mexicano informó que los encuentros diarios de migrantes en la frontera con Estados Unidos han disminuido un 75 % desde diciembre de 2023. Sin embargo, el número de migrantes irregulares detectados entre enero y agosto de este año alcanzó un récord de más de 925,000. Es decir, un aumento del 132 % respecto al año anterior.
Además de quienes permanecen en Tapachula, miles de migrantes avanzan hacia el norte en dos caravanas. La primera salió el 12 de diciembre y actualmente se encuentra en Pijijiapan. Mientras que la segunda partió el 18 de diciembre y se encuentra en tránsito de Mapastepec a Pijijiapan.
Estos migrantes pasarán las festividades de Navidad y fin de año caminando y durmiendo en la Carretera Panamericana federal 200. A pesar de las dificultades, los migrantes mantienen viva la esperanza de reunirse con sus familias o iniciar una nueva vida.
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