“Esto no es de ahora, hace tiempo que vienen pasando cosas. Lo que dije ayer fue porque lo sentí así. Me gustaría que la AFA le dé a la selección lo que necesita, es una potencia mundial. Son muchísimas cosas que se van acumulando. Hay que cambiar, no solo por nosotros, también por los que vienen atrás.” Lionel Messi rompe su propia afirmación anterior: va a hablar, aunque no suelte todas las letras que le salen de la cabeza.
Está tranquilo, seguro. Acepta que su comentario en las redes sociales del día anterior criticando a la AFA fue inoportuno, pero eso no es lo mismo que arrepentirse. Son más de 25 minutos sentado solo ante decenas de medios de todo el mundo. Estuvo ahí mil veces. Solo que en esta, a dos días de dar la última estocada por ese título que tanto desea, no va a presentarse como el mejor futbolista del mundo: va a hacerlo como capitán.
“Quizás le erré en el momento por lo cerquita que estamos de la final. El retraso, tener que esperar. No es momento de regalar nada. Me molestó un poco que vuelva a pasar lo mismo. Podría contestar el comunicado de AFA pero prefiero dejarlo ahí, tenemos que tener la cabeza en la final”, había sido su primera respuesta. Después volvió a aceptar que tal vez hubiese sido mejor expresar su bronca antes, pero no evidenció arrepentimiento. Que los dirigentes den vueltas por el lobby del hotel de la selección no hace más que reafirmar lo lejos que están de los jugadores: “No hablé con nadie”, fue su comentario seco sobre si en esas 24 horas había ocurrido algún acercamiento.
Costó que se aflojara. Hasta que el ida y vuelta fue girando hacia la inminencia del partido, al fin y al cabo lo más importante. Se le iluminó la cara cuando le preguntaron cómo se imaginaba el momento de ganar. Se sonrió, y después dejó una idea: “El título sería el mejor regalo que podríamos tener, no solo por mi cumpleaños (ayer festejó los 29). Es importante sobre todo porque deseo ganarlo con mi selección”. ¿Y si pierden? “Sería una gran decepción, no sé si un fracaso. Es la tercera final consecutiva, aunque no hay que pensar en las anteriores: hay que pensar que esta es una nueva oportunidad”, matizó, tal vez en línea con el trabajo mental que el plantel viene realizando con Federico Todeschini, el ex jugador de los Pumas que forma parte de la delegación.
Después de salir de ese camino empedrado, llegó el Messi futbolero. El que aseguró de que para ganarle a Chile hay que tener “control del juego y posesiones largas”. El que elogió la versatilidad de la selección: “Somos un equipo consolidado, serio, que no te cede nada, que sabe jugar con la pelota y defender si hace falta”. El que valoró la entidad del rival: “Fue creciendo durante el torneo. No te deja jugar y lo hace muy bien con la pelota. Tiene grandes jugadores como Vidal, Alexis, Vargas.” El que imaginó el desarrollo del partido: “Creo que va a ser similar a la final del año pasado”. Y el que, en definitiva, descargó su ansiedad, que no se calma con premios individuales ni con la montonera de títulos que coleccionó en Barcelona: “Tenemos que intentar ganar esta Copa como sea”.
