Redacción. Cada junio, personas de todo el mundo celebran el Mes del Orgullo LGBTQ, una ocasión en la que la comunidad reafirma su identidad, dignidad y derecho a existir sin miedo ni discriminación. Esta conmemoración honra un hecho histórico que marcó el inicio de la lucha moderna por los derechos LGBTQ+.
El 28 de junio de 1969, en plena madrugada, la Policía de Nueva York allanó el Stonewall Inn, un bar ubicado en Greenwich Village frecuentado por personas LGBTQ. La redada, que pretendía arrestar a sus clientes, se encontró con la resistencia de más de 150 personas dentro del local. La tensión estalló en enfrentamientos y provocó tres días de protestas masivas en las calles.
Stonewall no sólo era un bar: era un refugio político y un símbolo de resistencia en una época en la que la homosexualidad era criminalizada en gran parte de Estados Unidos. En estados como California y Pennsylvania, las leyes clasificaban a las personas homosexuales como «ofensores sexuales».
El sistema permitía internarlos de por vida en hospitales psiquiátricos y aplicarles terapias inhumanas como electroshock, hipnosis, lobotomías e incluso castración.
Un movimiento que no se detuvo
Las protestas de Stonewall se convirtieron en el catalizador de un movimiento organizado. Activistas formaron grupos como el Frente de Liberación Gay y la Alianza de Activistas Gay, que adoptaron tácticas del movimiento por los derechos civiles: organizaron marchas, presionaron a políticos, interrumpieron actos públicos y exigieron el respeto a sus derechos humanos.
Tan solo un año después, en 1970, se celebraron las primeras marchas del Orgullo Gay en ciudades como Nueva York y Los Ángeles, para conmemorar el aniversario de Stonewall. Desde entonces, el movimiento ha crecido, enfrentado desafíos y conquistado espacios de reconocimiento en todo el mundo.
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Brenda Howard y nacimiento del término “orgullo”
La activista bisexual Brenda Howard, conocida como la “Madre del Orgullo”, organizó el primer desfile en 1970. Fue ella quien propuso llamar a estas movilizaciones “Orgullo”, reivindicando la autoestima frente a la vergüenza impuesta durante siglos.
En 1978, el supervisor de San Francisco Harvey Milk, uno de los primeros funcionarios abiertamente homosexuales en EE.UU., encargó al artista Gilbert Baker el diseño de una bandera para representar a la comunidad. Baker creó la ahora icónica bandera del arcoíris, cuyos colores simbolizan la diversidad, la inclusión y la esperanza.
Con el tiempo, se han creado otras banderas que representan identidades específicas dentro del espectro LGBTQ+, como las personas bisexuales, asexuales, pansexuales y de género fluido.
Reconocimiento histórico y actual
En 2016, el entonces presidente Barack Obama declaró el área del Stonewall Inn como el primer monumento nacional dedicado a la lucha por los derechos LGBTQ+ en Estados Unidos.
Aunque en 2020 la pandemia del covid-19 obligó a cancelar muchas celebraciones, los eventos del Orgullo se reanudaron con fuerza en 2021. Este año, ciudades como Nueva York, Los Ángeles, Chicago, Miami, Dallas, Boston y Las Vegas se preparan para recibir desfiles, festivales, foros y actos culturales que celebran la diversidad.
Los eventos del Orgullo están abiertos a toda persona que desee participar. No es necesario pertenecer a la comunidad LGBTQ+ para unirse. Muchas personas heterosexuales asisten como aliadas para mostrar su apoyo, respeto y solidaridad.