Redacción. Mercedes-Benz inicia la producción del nuevo CLA en la planta de Rastatt, dentro de una nave completamente actualizada y optimizada. La compañía logró este avance gracias a la integración de inteligencia artificial y, por primera vez, del Sistema Operativo Mercedes-Benz (MB.OS) dentro del ecosistema de producción digital MO360, elementos clave de su nuevo enfoque industrial «Digital First».
Como ya ocurre en otras marcas, Mercedes-Benz diseñó la planta para fabricar, con gran flexibilidad, vehículos híbridos, eléctricos y con sistemas de propulsión convencionales en una misma línea. Gracias al uso de herramientas virtuales y simulación digital, la empresa identificó con antelación los cambios necesarios para optimizar tiempos y reducir costos de producción.
En pocas semanas, la compañía implementó dichas mejoras y logró integrar el sistema operativo MB.OS en la producción en serie del nuevo CLA. Ahora, Mercedes-Benz transfiere el software del vehículo directamente desde un servidor central de la Mercedes-Benz Intelligent Cloud, eliminando la necesidad de usar múltiples módulos de hardware. La marca planea extender este modelo a todas sus plantas a nivel global.
Cualidades
La planta de Rastatt también lidera el uso de inteligencia artificial en la ingeniería de procesos, específicamente en las cabinas de acabado. Al reemplazar los sistemas de control tradicionales por una supervisión basada en IA, Mercedes-Benz redujo el consumo de energía en un 20% y acortó significativamente el tiempo de arranque del proceso en la nave 4.0.
Además, la marca estableció una cadena de suministro entre distintas plantas alemanas para ensamblar el nuevo CLA eléctrico. Por ejemplo, la planta de Stuttgart-Untertürkheim provee los motores y ejes eléctricos, mientras que Kuppenheim suministra componentes estructurales y de carrocería. Kamenz, por su parte, fabrica las baterías.
Este modelo de producción refleja la estrategia de fabricación digital, sostenible y flexible de Mercedes-Benz. La red de plantas opera de forma eficiente y coordinada, en instalaciones neutrales en carbono que se alimentan con energía 100% verde. También aplican procesos de reciclaje de acero y aluminio, y medidas para reducir las emisiones en logística.
Vale la pena destacar que la planta de Rastatt comenzó a operar en 1992 y hoy emplea a cerca de 6.000 personas. Allí se fabrican los modelos Clase A, Clase B, GLA, el EQA totalmente eléctrico y ahora también el nuevo CLA, cubriendo así toda la gama de tecnologías de propulsión modernas.
