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sábado, junio 7, 2025

Mercedes-Benz Clase X: el proyecto automotriz que quedó en el olvido

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Redacción. En la industria automotriz, existen historias que se escriben a puro éxito, y otras que, a pesar de parecer prometedoras y espectaculares, se desvanecen sin dejar rastro.

La historia de la Mercedes-Benz Clase X es una de esas. Un proyecto que contó con millonarias promesas, acuerdos internacionales y pruebas de manejo con periodistas, pero que nunca llegó a concretarse. Así fue el paso fugaz y frustrado de la camioneta que prometía cambiar las reglas del juego, y que terminó siendo un recuerdo incómodo para muchos.

Corría el año 2012 cuando un grupo de ingenieros alemanes llegó a Argentina con una misión clara: entender el fenómeno de las pick-ups medianas. En esa región, la Toyota Hilux dominaba el segmento con mano firme, seguida de cerca por modelos como la Volkswagen Amarok y la Ford Ranger, que peleaban por el segundo puesto. La pregunta era evidente: ¿podría Mercedes-Benz, la icónica marca de la estrella, irrumpir en ese competitivo mercado?

Un año después, Roland Zey, presidente de Mercedes-Benz Argentina en ese momento, expresó sin rodeos en un evento en Puerto Madero que la marca quería competir en ese segmento, no como un capricho, sino como un plan estratégico. Cabe recordar que Mercedes-Benz ya había incursionado en el sector entre 1971 y 1975 con la Serie 220 D, pero esta vez el objetivo era mucho más ambicioso.

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La pick-up fue presentada y probada, pero nunca se fabricó en Argentina.

Mercedes-Benz Clase X

La gran jugada llegó en 2015, cuando Nissan, Renault y Mercedes-Benz anunciaron una alianza estratégica para fabricar tres pick-ups diferentes, compartiendo plataforma y proceso productivo. Un plan audaz, con ADN japonés, corazón francés y sello alemán.

El acuerdo causó gran expectativa en Argentina porque la planta elegida para la producción fue la de Santa Isabel, en Córdoba. Desde allí, la nueva Nissan Frontier, la Renault Alaskan y la flamante Mercedes-Benz Clase X saldrían al mundo, pareciendo que todo estaba perfectamente alineado.

En 2016, Carlos Ghosn, presidente global de la Alianza Renault-Nissan, confirmó una inversión de 800 millones de dólares en un acto celebrado en el Palacio San Martín, con la presencia de ministros del gobierno de Mauricio Macri. Argentina se consolidaba como un polo estratégico para la producción de pick-ups, y el ambiente era de entusiasmo y expectativas.

Las promesas eran grandes: combinar el know how de Nissan, la infraestructura de Renault y el prestigio de Mercedes-Benz para crear la camioneta ideal. Se hablaba de seis modelos fabricados en Argentina, integración nacional, proveedores locales, exportaciones récord y generación de empleo. Un futuro brillante parecía asegurado.

Decepción

Nissan fue la primera en materializar su parte, lanzando la Frontier fabricada en Argentina en 2018, un éxito que consolidó su presencia en el mercado. En cambio, Renault entró en pausa, sin dar señales claras sobre la Alaskan, y el proyecto parecía trabado. Entonces llegó el golpe más duro: a fines de 2018, Mercedes-Benz anunció oficialmente la cancelación de la producción de la Clase X en Argentina.

La noticia fue un balde de agua fría para la industria y una gran decepción para los clientes, pues el modelo ya había sido presentado en otros países, probado por periodistas y contaba con preventas activas y planes de ahorro suscritos. La decisión fue tajante: la producción se limitaría exclusivamente a Barcelona.

Aunque nunca hubo una explicación oficial, todo apunta a diferencias irreconciliables sobre costos. Mientras Nissan buscaba mantener los gastos bajo control, Mercedes-Benz exigía mantener un estándar de calidad premium, lo que elevaba el costo final hasta hacerlo inviable.

Lo más llamativo es que la Clase X ya estaba lista: no era un concepto futurista, sino una pick-up real, terminada y probada, con críticas positivas y el respaldo de una marca experta en vehículos comerciales. En Argentina, Mercedes-Benz es líder con su Sprinter y diversos modelos de camiones, por lo que no era una improvisación, sino un paso lógico.

El golpe afectó a todos. Renault, sin la alianza con Mercedes, tambaleó, pero en plena pandemia de 2020 decidió lanzar la Alaskan, que hasta hoy mantiene ventas estables en el mercado.

Mercedes-Benz, por su parte, nunca volvió a mencionar el proyecto. La producción de la Clase X en Barcelona también cesó a fines de 2020, en silencio y sin despedidas, como si todo hubiera sido un mal sueño.

Mercedes-Benz Clase X
La Mercedes-Benz Clase X fue uno de los proyectos más ambiciosos y fugaces de la industria automotriz argentina.

¿Habrá una Segunda Oportunidad para la Clase X?

Hoy, años después, la Clase X sigue generando comentarios en concesionarios y foros especializados. Era una camioneta elegante, con la estrella brillando en la parrilla como símbolo de distinción, y muchos creen que tenía todo para destronar a la Hilux. Pero no fue así. Y a veces, lo que no llega a ser duele más que lo que sale mal.

Algunos aún sueñan con su regreso, quizá con otra estrategia y enfoque. Mercedes-Benz divide hoy su negocio entre vehículos comerciales y autos, mientras la demanda mundial de pick-ups no para de crecer. ¿Habrá lugar para una segunda oportunidad?

El tiempo lo dirá. Por ahora, la Clase X permanece como uno de los grandes misterios sin resolver de la industria automotriz: un proyecto con todo para ser historia, que terminó siendo solo un rumor con el logo de la estrella.

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