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jueves, marzo 28, 2024

Es «víctima» del Estado; él era «noble» y «sin malicia»: compañeros del doctor Cuellar

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CORTÉS, HONDURAS. Indignación y tristeza sienten justo ahora los compañeros de universidad del doctor Yesser Cuellar, quien murió ayer en la zona norte del país a causa del COVID-19.

Cuellar culminaría hoy 15 de febrero su servicio social, según dijo su propia madre, luego de más de ocho años de carrera en la Universidad Nacional Autónoma de Honduras en el Valle de Sula (UNAH-VS).

Particularmente, dos compañeros de Cuellar expresaron su descontento con las autoridades de la Secretaría de Salud, pues consideran que el joven médico, más que un «héroe» es una «víctima» de la irresponsabilidad del Estado.

«Ya me cansé de arreglos florales, un comunicado y aplausos a un féretro por cada colega caído, ya perdí la sensibilidad. Es una pérdida inimaginable, es una familia que jamás volverá a ser la misma… ni lo vayan a llamar héroe», dijo muy molesto Carlos Palomo, refiriéndose a la muerte de su amigo.

Asimismo, Palomo arremetió en contra de la UNAH, opinando que la máxima casa de estudios «lo vendió» como «obra barata, que nunca le importó su seguridad«.

«Yasser tuvo siempre un gran corazón. Fue una gran persona y jamás miró de menos a los de abajo. Los aplausos se van, las flores se marchitan y el comunicado de duelo se desvanece, pero la perdida queda en el corazón siempre», cerró.

Vocación y servicio

De su lado, Silvia Estephania, también compañera del doctor Cuellar, dio a conocer el lado más humano de él, destacándolo como una persona con vocación para la Medicina y don de servicio sin igual.

«Tenía el corazón más noble, sin maldad, sin ganas de perjudicar a nadie, siempre que podía ayudar, apoyaba. Siempre justo y apegado a cómo debían ser las cosas», dijo en primera instancia.

En 2014, el doctor Yesser se sometió a una cirugía en su cabeza, la cual le dejó una tremenda cicatriz, pero él usaba su experiencia para animar a los niños que atendía en Pediatría.

«Le encantaba enseñar su cicatriz a los niños y decir ‘Mirá, yo me recuperé de esto, así que vos también lo vas a hacer’. No hay palabras de consuelo para su familia», agregó Silvia Estephania.

«Nos duele a todos, dejas un vacío grande y da miedo también ser médico en este momento. Es injusto, no era el tiempo, y no hay palabras. Que Dios te reciba en el Cielo con los brazos abiertos, Yasser», cerró.


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