REDACCIÓN. La ciudad de La Ceiba se encuentra consternada tras el hallazgo del cuerpo sin vida de Kimberly Elizabeth Hernández Espinoza, una joven de 16 años cuyo pasado estuvo marcado por la vulnerabilidad y la búsqueda de protección estatal. El cuerpo de Kimberly lo encontraron el lunes 24 de febrero en un solar baldío cerca del malecón, presentando signos de violencia que apuntan a un brutal ataque.
Según informes preliminares, la joven presentaba golpes en la cabeza y el rostro, lo que sugiere que fue atacada con un objeto contundente. Las autoridades aún investigan los motivos detrás de este crimen, mientras la Policía Nacional trabaja en la recolección de pruebas y testimonios para identificar a los responsables.
La historia de Kimberly revela un sistema de protección que, a pesar de sus esfuerzos, no logró evitar su trágico final. Desde abril de 2024, la Secretaría de Niñez, Adolescencia y Familia (Senaf) había acogido a la joven en varias ocasiones debido a su situación de riesgo. Sin embargo, Kimberly luchaba contra problemas de adicción y se encontraba en un entorno de influencias negativas.
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En su primer ingreso al Senaf, Kimberly escapó de las instalaciones, un patrón que se repetiría en varias ocasiones. A pesar de los esfuerzos por brindarle atención psicológica y tratamiento para sus adicciones, la joven volvió a huir, dificultando su localización y apoyo continuo.
Representantes del Senaf recordaron un episodio en el que Kimberly llegó a un hospital en Tegucigalpa en estado crítico debido al consumo de sustancias. A pesar de los monitoreos constantes y la coordinación con la Fiscalía de la Niñez, el entorno de la joven la mantuvo oculta. Esto impidió su recuperación.
