Redacción. Elvin Aarón Beltrán Valdez, un joven de apenas 17 años, perdió la vida de forma trágica durante la masacre ocurrida en un taller de motocicletas en la colonia Villa Nueva, Tegucigalpa.
De acuerdo con datos de sus familiares y amigos, Elvin era un mecánico aprendiz que, en sus tiempos libres, llegaba al taller para ayudar en lo que podía.

Aprendía el oficio con entusiasmo, colaborando con tareas básicas y buscando ganarse un ingreso honesto para apoyar a su familia.
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Sin embargo, este viernes, su vida fue brutalmente arrebatada cuando hombres armados irrumpieron en el taller donde colaboraba y asesinaron a sangre fría a los tres que se encontraban dentro.
El ataque ocurrió en el reconocido taller “Motocicletas Zúniga”, ubicado en la colonia Villa Nueva de Tegucigalpa, un negocio familiar atendido desde hace años por los hermanos Jimmy y Freddy Zúniga, quienes también murieron en la masacre.
Ataque armado
Los tres cuerpos quedaron dentro del taller, entre herramientas, neumáticos y motocicletas a medio reparar.
“Elvin vivía cerca, a menos de un kilómetro. Venía todos los días a ayudar, a aprender, no hacía daño a nadie. Solo quería superarse”, relató una vecina entre lágrimas. “Jimmy y Freddy también eran gente buena, trabajadores de toda la vida. Este crimen nos ha golpeado duro”, agregó.

Los tres hombres fueron atacados mientras realizaban labores dentro del local. Según versiones preliminares, los sicarios llegaron por el anillo periférico, se bajaron frente al taller y dispararon sin mediar palabra.
Ante este hecho, las autoridades aún no confirman el móvil, pero no se descarta que se trate de extorsión o de una represalia vinculada al crimen organizado.
La escena fue cerrada por la Policía Nacional mientras agentes de la DPI y de Medicina Forense realizaban el levantamiento. Las investigaciones continúan, pero hasta ahora no hay detenidos.
Este crimen ocurre en plena vigencia del estado de excepción, una medida que, pese a su prolongación, no ha impedido que la violencia siga cobrando vidas inocentes.
La comunidad de Villa Nueva exige justicia y mayor protección, mientras despide a tres hombres que solo querían ganarse la vida trabajando.
“Elvin era apenas un niño. Los hermanos, unos luchadores. No merecían morir así”, concluyó un amigo del taller con impotencia.