Redacción. Toyota ha dado un paso inédito en la relación entre los automovilistas y los sistemas de inteligencia artificial al patentar una plataforma que recompensa económicamente a los propietarios de vehículos por aportar datos de conducción.
Según una reciente publicación de la Oficina de Patentes y Marcas de Estados Unidos (USPTO), el fabricante japonés ha desarrollado un sistema capaz de recopilar, evaluar y valorar la información generada durante los trayectos.
Este sistema otorga una compensación al conductor cuando dichos datos resultan útiles para mejorar tecnologías de seguridad o entrenar algoritmos de conducción autónoma.
El sistema opera de forma automatizada: el vehículo envía los datos a la plataforma, donde son verificados y clasificados según su relevancia. Una vez determinado su valor, se acredita la remuneración al usuario registrado.
Toyota plantea ejemplos concretos de eventos susceptibles de generar recompensas, como el registro de un bache, la presencia de fauna en la vía o situaciones de tráfico inusuales. Estos casos, valiosos para el desarrollo de inteligencia artificial vehicular, recibirían una puntuación más alta dentro del sistema de evaluación.
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Funcionamiento
La compañía subrayó que el intercambio de información será completamente voluntario y sujeto al consentimiento expreso del propietario, quien podrá activarlo o revocarlo en cualquier momento. Esta condición busca garantizar la transparencia del proceso y reforzar la confianza de los usuarios en la gestión de sus datos personales.
El objetivo de Toyota es redefinir la percepción del uso de datos telemétricos, convirtiendo al conductor en un participante activo del avance tecnológico y no en una mera fuente de información.
Al ofrecer una compensación tangible, la marca espera fomentar una colaboración más directa entre los usuarios y la industria automotriz. De este modo, los datos obtenidos de situaciones reales contribuyen al perfeccionamiento de los sistemas de asistencia y de seguridad vial.
Con esta iniciativa, Toyota propone un nuevo paradigma en la economía de los datos. Su objetivo es transformar las experiencias cotidianas de conducción en un recurso valioso que impulsa la innovación tecnológica. Al mismo tiempo, reconoce el papel del conductor como socio esencial en la evolución de la movilidad inteligente.
