Redacción. Porsche ha confirmado que las versiones de alto rendimiento de los futuros 718 Boxster y 718 Cayman volverán a incorporar motores de gasolina pura, descartando así la idea de electrificarlos por completo. Esta decisión marca un giro estratégico importante en la gama 718, en un momento en que la marca adapta su línea de productos a las condiciones cambiantes del mercado global.
Con esta nueva dirección, Porsche prepara el regreso de modelos emblemáticos como el GT4, el Spyder y el GT4 RS, que podrían incorporarse a la futura familia 718 con motor térmico. La marca ya había generado controversia cuando anunció que el próximo 718 pasaría a ser totalmente eléctrico, alejándose de los motores de combustión interna que han caracterizado a estos deportivos. Hasta entonces, Porsche se había mostrado firme en su apuesta por la electrificación total de la gama.
Sin embargo, la compañía sorprendió al anunciar que incluirá “derivados de alta gama con motor de combustión interna” en la nueva línea 718. Esta decisión implica importantes desafíos de ingeniería, ya que el nuevo chasis fue diseñado específicamente para un sistema eléctrico, con un paquete de baterías ubicado detrás del conductor y motores eléctricos en ambos ejes.
Porsche eligió esta arquitectura sobre una plataforma tipo «monopatín» —más común en vehículos eléctricos— para mantener una posición baja de los asientos y un equilibrio de peso similar al de los actuales modelos de motor central. Ahora, la incógnita es si ese chasis tiene suficiente flexibilidad estructural para alojar un motor bóxer de seis cilindros sin requerir modificaciones mayores.

Motores de combustión
El retorno a los motores de combustión supondría una enorme inversión, especialmente si se utiliza en una gama de modelos de producción limitada. Aunque Porsche aún no ha revelado qué motorización usará, todo apunta a que optará por su legendario bóxer de seis cilindros, aunque este deberá adaptarse a las exigencias de la normativa de emisiones Euro 7. Esto podría implicar la integración de tecnologías como el sistema T-Hybrid, que la marca ya ha desarrollado.
El futuro de los actuales motores atmosféricos que montan los GT4 y Spyder también está en duda. Su continuidad dependerá de si Porsche encuentra una solución técnica y legal para mantenerlos en producción. Esta incógnita también se extiende a los futuros modelos GT, como el 911 GT3.
Además de mantener vivo el legado de los motores de combustión, esta decisión permitirá a Porsche escalar el uso de otros componentes mecánicos en riesgo de desaparición, como las transmisiones manuales y tecnologías tradicionales de chasis.
Sin embargo, esta estrategia plantea una pregunta crucial: ¿cuánto costarán estos deportivos de alta gama para justificar su desarrollo técnico? La respuesta aún no está clara, pero se anticipa que el precio será significativamente elevado.

Por otro lado, la decisión de volver al motor térmico no afectará al resto de modelos 718, que seguirán adelante con su transición eléctrica. Aunque Porsche ha enfrentado retrasos por problemas con su proveedor de baterías, mantiene su plan de lanzar el 718 eléctrico en 2027.
El nuevo chasis del 718 también servirá como base para un futuro deportivo eléctrico de Audi, anticipado por el Concept C. Se espera que este modelo llegue al mercado incluso antes que el 718 eléctrico de producción.
Finalmente, los 718 de combustión interna llegarán algo más tarde, posiblemente entre 2028 y 2029. Asimismo, estarán dirigidos a un público que aún valora las sensaciones puras de la conducción tradicional.



