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jueves, abril 18, 2024

Mericis y Esthefani, historias de mamás solteras: el desafío de miles de hondureñas

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REDACCIÓN.  Mericis Yolany Fuentes Sánches es una hondureña de 41 años de edad, madre de familia, trabajadora, responsable, honrada y luchadora, quien labora como empleada doméstica para llevar el pan de cada día a su hogar.

Ella, hace algunos años, deseaba casarse y construir un hermoso hogar al lado de un hombre bueno, respetuoso, responsable y ante todo que la quisiera. Con el pasar del tiempo encontró a la persona ideal para ella y con quien formaría una bella familia.

Mericis, formó su hogar y dio a luz a un hermoso bebé que la llenó de dicha y felicidad. El sueño de ser madre se había hecho realidad. Tenía todo aquello que había deseado, sin saber, que con el tiempo dicha satisfacción iba a quedar en el recuerdo. Cuando su hijo apenas tenía tres años de edad una desgracia sucedería en el núcleo de su hogar. La familia y los sueños que había construido al lado de su amado quedarían desfragmentados de por vida.

Su pareja, el padre de su vástago, sufriría un terrible incidente que la dejaría marcada de por vida. Su compañero de hogar sufrió un infarto que le quitó la vida, dejando a su esposa e hijo con una pérdida irreparable.

Mericis, quedó devastada con la muerte de su pareja, sentía que el mundo se le había venido encima y que la vida era injusta con ella. Pero, eso solo era el principio de todos los obstáculos que debería de pasar para salir adelante.

Cubrir necesidades 

Siendo ama de casa y, ahora, madre soltera debía buscar la manera de cubrir las necesidades que su hogar requería. Sabía que no iba a ser fácil, pero no se daría por vencida. Sin la experiencia laboral necesaria, decidió aventurarse en conseguir una forma de ingreso para llevar alimento a su hogar.

En su búsqueda asegura que recibió humillaciones, malos tratos y poca compresión, ya que consideraba que por ser madre soltera era tachada y no obtenía un trato digno ni igualitario.

La discriminación – dice – se percibía a flor de piel, no solo en el área laboral sino, también, en la social, ya que la sociedad estigmatiza a las madres solas. Llegó un punto donde no tenía que darle de comer a su hijo, no le alcanzaba para comprarle la leche y sus pañales, las deudas iban incrementando, los recibos de servicios públicos llegaban cada mes y ella sin ningún lempira en su bolsa. La pobreza la estaba consumiendo lentamente.

Mericis, quedó devastada con la muerte de su pareja. Sentía que el mundo se le había venido encima y que la vida era injusta con ella.

Cifras alarmantes

Mericis Fuentes es solo uno de los miles de rostros que tiene en Honduras la maternidad en soltería.

El fenómeno, lejos de disminuir, va aumentando en Honduras. Según datos del Instituto Nacional de Estadísticas (INE), en 1988 las cifras de madres solteras llegaban al 20.6% y un año después aumentaron a 32.9%, cifra que descendió en 2012, aunque con los años, nuevamente, se incrementó.

De acuerdo con otro estudio publicado por el Observatorio Demográfico Universitario (ODU), de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH), correspondiente al año 2019, dos millones 90 mil 564 (2, 090, 564) mujeres en Honduras eran madres, es decir el 23% del total de la población en el país.

Además, el mismo estudio, refleja que, en el año 2019, del total de las mujeres madres en el país, el 33% fueron identificadas como jefas de hogar. Ese porcentaje representa alrededor de 700 mil mujeres viviendo la maternidad en soltería.

En otras palabras, una tercera parte de las mujeres madres en el país está a cargo de sus hogares, sin contar con el apoyo paternal. La mayor concentración de jefaturas de hogar lideradas por madres se encuentra en el municipio del Distrito Central.

Según la distribución geográfica, las madres jefas de familia están ubicadas en mayor concentración en las ciudades pequeñas y medianas del país, con un 43.7%, a diferencia del área rural, donde el dato cae a un 34.1%.

Una tercera parte de las mujeres madres en el país está a cargo de sus hogares, sin contar con el apoyo paternal.
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Otra de las cifras alarmantes reveló que el 37.8% dijeron ser madres viudas, convirtiéndose en el principal factor que las obliga asumir el rol de jefas de hogar. Sobre la ocupación de las madres solteras, el ODU encontró que el 64.9% se dedica a actividades por “cuenta propia”, es decir, son mujeres que resuelven sus vidas y las de sus familias estableciendo sus propios negocios.

El ODU las califica como “emprendedoras en diferentes actividades económicas, sobre todo desde el contexto informal”. El segundo lugar de las ocupaciones de las madres solteras es el trabajo doméstico.

Factores 

Además, el 25% de ellas “presta servicios, ya sea permanente o por horas en los hogares que los solicitan”, resalta el estudio del ODU. Fenómeno social Según el sociólogo José Luis Herrera, se considera madre soltera a toda mujer que cría, educa y sostiene económicamente a sus hijos.

Explica que la maternidad en soltería implica asumir psicológicamente y económicamente el cuidado de una vida; es un reto la responsabilidad de un hijo sola, ya que la madre debe de tener un nivel de ingreso que le permita darle condiciones dignas a sus criaturas.

Herrera, indicó que algunos de los factores que influyen para que exista un gran número de madres solteras en Honduras son: el factor económico, que obliga a muchos padres a migrar del país para tener oportunidades y brindarle una estabilidad económica a su familia.

Otro factor es la violencia, debido al número de muertes en el país a causa de la delincuencia. Por otro lado, la paternidad irresponsable, es uno de los principales factores, ya que el padre no asume la responsabilidad económica ni emocional de sus hijos y abandonan a sus parejas.

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Tal situación se deriva de una cultura patriarcal y machista que hay intrínseca en el país, la cual se reproduce tanto en hombres como en mujeres, según el sociólogo.

Además, señaló que el impacto dentro de los hogares liderados por madres solteras puede ser la desintegración familiar, ya que mientras la madre esta trabajando para brindarle condiciones dignas a sus hijos éstos serán educados por el sistema de educación actual, por el barrio o colonia donde viven, por vecinos, amigos o familiares sin la orientación directa de sus progenitoras.

De igual forma, expresó que la paternidad ausente es cuando un hombre que procreó un hijo, no asumió su responsabilidad social, económica y emocional con la crianza, manutención y educación de los mismos.

El hecho de ser madre soltera en Honduras es complicado, ya que los espacios laborales se cierran, se precariza el salario de las madres solas y se les obliga, en muchos espacios laborales, a trabajar más que los demás empleados; en algunos casos las incitan a demostrar que tienen más capacidad que otras personas, puntualizó Herrera.

Para salir adelante algunas de éstas mujeres deciden viajar con sus hijos hacia Estados Unidos de América, porque su país no les brinda las oportunidades que ellas necesitan para avanzar con sus familias. añadió.

A muchas les ha tocado vivir, mantener y criar a sus hijos bajo condiciones de pobreza extrema, miseria, exclusión social y desempleo porque no existen oportunidades para madres que tienen que sostener un hogar, en un país donde no hay empleo, acceso a la salud y el derecho a la educación es restringido, concluyó Herrera.

Maternidad en soltería 

Esthefani Borjas, otro rostro de la maternidad en soltería. No es precisamente es el caso de Esthefani Paola Borjas Pavón, pero alguna relación tiene. Ella es una joven hondureña de 26 años edad, estudiante universitaria de Informática Administrativa, madre de dos hermosos gemelos, soñadora, trabajadora, con ganas de superarse y darle lo mejor a sus niños.

Ella, como muchas mujeres, quedó con la responsabilidad de criar y educar a sus vástagos, ya que el padre de los menores se desentendió por completo de ellos. Su pareja al darse cuenta de que sería madre, no de uno sino de dos bebés, le dio la espalda y no se responsabilizó, económica ni emocionalmente, de sus futuros hijos; “típico de los hombres en Honduras”, dijo la propia Esthefani.

Desde un comienzo, sabía que sería su responsabilidad velar por el bienestar de los angelitos que llevaba en su vientre. Durante el proceso de embarazo tuvo muchas dificultades, pero ninguna que le quitara la emoción de ser madre y de conocer a los bebés que procreó con mucho amor.

Esthefani junto a sus dos hijos. Ahora ella, es una emprendedora.

Ellos no tenían la culpa del padre que les había tocado, a pesar de que fue difícil no contar con el apoyo de la persona que la embarazó, reconoció. Al inicio la situación fue fatal, lloraba mucho y se sentía abandonada, pero por amor a sus gemelitos salió de ese estado de ánimo y buscó fortaleza en Dios y su familia, quienes nunca le dieron la espalda. Ahora, era tiempo de enfocarse en su pequeña familia y encontrar la forma de subsistir, en un país donde la tasa de desempleo aumenta día a día.

Mujer emprendedora

Siendo una mujer casi profesional tuvo que trabajar “de lo que saliera” para generar ingresos y subsanar todos los gastos que debía cubrir como jefa de hogar; laboró como empleada doméstica, cuidadora particular y asistente odontológica para que a sus niños no les faltara nada.

Sin embargo, en su búsqueda laboral sufrió limitaciones, ya que ser madre sola no es “bien visto” en el país. Hubo un momento donde ambos niños se le enfermaron y los medicamentos que requerían eran de alto valor monetario, se salía de su presupuesto y la situación económica no era nada favorable.

Con una fuente de ingreso inestable y un salario inapropiado, tuvo que recurrir al apoyo de su familia, quienes la ayudaron e impulsaron a seguir adelante. A pesar de todos los obstáculos que encontró en el camino nunca se dio por vencida y logró obtener las fuentes de ingreso que necesitaba para sostener su hogar.

Fue así que llegó a ser la mujer emprendedora y la gran madre que hoy en día es. Madres solteras, ausentes de una vida social, pero mucho se cuentan historias y poco se habla del impacto emocional que significa para muchas mujeres vivir su maternidad en soltería, incluso desde el período de gestación y cuando no es una decisión personal.

Sentimientos de inseguridad

Según la psicóloga Ana Mirella Hernández, el embarazo en ausencia de la figura paterna puede causar sentimientos de inseguridad y la madre se expone a los prejuicios sociales, lo que representa una carga emocional fuerte para ella, ya que tiene que cumplir con la responsabilidad que demanda un hijo y, aparte, lidiar con sus emociones para enfrentarse a la sociedad.

Asimismo, explicó que las madres solteras no establecen relaciones interpersonales estrechas en sus espacios laborales, ya que al terminar su horario de trabajo ellas inmediatamente regresan a su hogar, para realizar deberes domésticos y hacerse cargo de los hijos.

En esas circunstancias, las madres solteras que trabajan no cuentan con el tiempo necesario para establecer amistades o lazos de confianza con compañeros de labor. Ellas están conscientes de que son el único soporte de su familia y eso las lleva a una sobre exigencia que les asegure un puesto en los diferentes ámbitos, explicó Hernández.

Funciones en solitario 

Las madres solteras asumen en solitario las funciones parentales, las tareas domésticas, las responsabilidades en la educación y el peso de ser la única fuente de ingreso de la familia; lo cual provoca que, frecuentemente, se sientan desbordadas, precisó. Ésta sobrecarga de tareas – añade la psicóloga – las condenan a la ausencia de vida personal y por tanto a la desaparición de cualquier recompensa emocional positiva en otro rol que no sea el de madre; como compañera, amiga, pareja, etc.

Además, señaló que en diferentes estudios y entrevistas realizadas a las mujeres que son madres solteras, se pudo descubrir que ellas viven momentos de depresión y tristeza, salen solas o con amigas, consumen alcohol o drogas y no tienen parejas estables, pero mantienen relaciones esporádicas.

Sin embargo, el estado emocional de la mujer que decide ser madre soltera por su propia elección está equilibrado y poseen una autoestima y seguridad desarrollada. Tener un hijo sola y afrontar su crianza, hace no mucho, era mal visto, pero actualmente las cosas han cambiado bastante; hay mujeres que así lo eligen, no desean esa educación compartida y prefieren vivir la experiencia sin pareja, declaró.

De hecho, ser madre soltera por elección propia es una opción respetable que se observa con más frecuencia, sin embargo, es desgastante debido a la presión de tener que cumplir con el relleno de la ausencia paterna. Además, el hecho de no involucrarse mucho en lazos sociales puede llevar a una madre soltera a desarrollar síntomas de ansiedad o depresión, puntualizó Hernández. Hogares monoparentales, vulnerables económicamente Y así como hay efectos sicológicos, los hay económicos.

Tienen que lidiar con dificultades 

El economista Rafael Delgado Elvir, aseguró que los hogares encabezados por una mujer, con la ausencia del padre, son donde más se muestra la crisis económica y social del país. “Son hogares que deben de lidiar con muchas dificultades, la madre tiene que atender las tareas del hogar y resolver los problemas económicos buscando una fuente de ingreso para cubrir las necesidades básicas de la familia”, dijo.

Así mismo, explicó que el efecto que tiene la presencia de dos personas, padre y madre, obteniendo fuentes de ingresos para su familia, alivia el problema de la pobreza en comparación a los hogares encabezados por una mujer, ya que son más vulnerables y proclives a la miseria.

“El desempleo impacta más a las mujeres. Lo que el INE llama Tasa de Desempleo Abierto, es más alto en las mujeres que en los hombres. La diferencia radica en que el hombre está más integrado al mercado laboral que las mujeres. Por tanto, el problema del desempleo está mucho más escondido en las mujeres”, expresó Elvir.

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Mericis Fuentes lo vivió en carne propia, aunque ella, con coraje y valor buscó como salir adelante y decirle “basta” al sistema que no la dejaba posicionarse como una mujer exitosa.

Pudo encontrar un trabajo digno que le permitió consolidarse como jefa de hogar, cubriendo todos los gastos de su casa y brindándole todo lo que su hijo necesitaba, para que creciera con las mismas oportunidades que cualquier otro infante.

Logró emprender como madre soltera y demostró que a pesar de los impedimentos que existen hacia ellas, se puede salir adelante; en un país donde las oportunidades para las madres solas son escazas y existe un machismo que predomina la sociedad hondureña.

Actualmente, Mericis rehízo su vida, volvió a ser madre, de una hermosa niña, sigue trabajando para llevar sustento a su hogar. No deja de creer en lo valiosa que es como mujer.


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