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viernes, abril 19, 2024

Matan un transportista en Olanchito; dejan advertencia en rótulo

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YORO, HONDURAS. La mañana de este martes, se registró un hecho violento en contra de un transportista en el tramo carretero entre Coyoles Central y Coyoles Aldea, a la altura de la comunidad El Carril, en Olanchito, Yoro.

A la víctima la identificaron con el nombre de Carlos Torres. Según se conoció, él también se dedicaba a transportar niños de varios centros educativos de la localidad.

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El cuerpo sin vida del hondureño quedó tendido dentro de la unidad que manejaba, en un charco de sangre y junto a él, cerca de su mano izquierda, le dejaron un rótulo que decía:

«Buseros y taxistas, negocios, van a pagar extorsión a la 18 por las buenas o por las malas, pónganse vivos, los buses que salen para La Ceiba. Atentamente la 18».

Foto en vida del fallecido.
Foto en vida del fallecido.

La información preliminar indica que los sujetos estaban esperando al conductor del bus y lo interceptaron cuando iba transitando por la calle de tierra.

Fue en ese momento que los individuos armados se subieron y empezaron a dispararle al hondureño. Luego de cometer el crimen, salieron huyendo del lugar.

Posteriormente, elementos de la Policía Nacional (PN) recibieron la alerta y se movilizaron al sitio. Al llegar encontraron la unidad parqueada, con la puerta abierta y el cadáver adentro.

Las autoridades señalaron que el móvil de este crimen es el cobro de la extorsión, por la amenaza que dejaron los responsables, pero no han revelado más detalles del caso. Se espera la llegada de los forenses, para que realicen el levantamiento del cuerpo.

Autoridades se presentaron al sitio y confirmaron la muerte del transportista.
Autoridades se presentaron al sitio y confirmaron la muerte del transportista.

Un millón al año y hasta aguinaldo paga transporte por extorsión

El transporte público está atrapado en un túnel de problemas y aunque parece que ven la luz, vuelven a caer a la oscuridad. Las promesas de todos los sectores han sido muchas, pero las respuestas, pocas.

Muchos de ellos han desistido de seguir en el rubro y otros lo hacen por la necesidad, pues necesitan llevar el sustento a sus hogares.

Día con día, los transportistas se levantan desde las 4:00 de la mañana para empezar sus jornadas. Sin embargo, viven con el temor de que en cualquier momento pueda ocurrirles algo.

El transporte público está encerrado entre los delitos comunes, el crimen organizado y las promesas incumplidas.


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