El proyecto que la Municipalidad de San Pedro Sula describió en 2016 como la clave para «el desarrollo industrial y comercial» de la ciudad, cuya inversión ascendió a los 22 millones de dólares, duró apenas dos años. El Segundo Anillo de Circunvalación volvió a su estado natural de deterioro y peligrosos baches en todo el tramo.
Sampedranos que transitan por esa zona casi a diario denunciaron que la costosa obra se echó a perder. El proyecto en el Segundo Anillo no solamente se basó en la ampliación, sino también en la construcción de dos puentes y el mantenimiento de la vía existente.
La obra se habilitó a mediados de marzo de 2016, y ni siquiera han pasado tres años, cuando el tramo ampliado, del Bulevar del Norte a Megaplaza, presenta baches y está deteriorado. Por su parte, al carril que dirige de Megaplaza hacia el bulevar del Norte no le duró el mantenimiento y tiene el mismo problema.
Sumado además a que ciertas partes no están bien iluminadas y con la cantidad de baches, ofrecen las condiciones óptimas para accidentes vehiculares.
Ciudadanos han recordado que el problema en el Segundo Anillo de Circunvalación es la cantidad de vehículos pesados que transitan la zona y la falta de regulación. A diario, decenas de cabezales y rastras entran y salen de SPS utilizando esas vías.
Nueva vía: la más dañada
El equipo de Diario Tiempo Digital confirmó la serie de quejas y denuncias sobre el tramo. La vía vieja, que dirige de Megaplaza al bulevar del Norte, días atrás presentaba una gran cantidad de baches que ya fueron parchados.
No obstante, la condición de la nueva vía, que dirige del bulevar del Norte a Megaplaza, levanta sospechas y preocupación. Grandes partes, específicamente, en el carril izquierdo están rajadas por completo y llegando a la colonia Las Anonas todo se complica, pues al parecer la calle está hundiéndose.
Mientras los reporteros captaban las deterioradas calles, más de cincuenta rastras y cabezales pasaron por el lugar. Los vehículos comunes trataban de evadir las rajaduras y baches cambiando de carril.
Algunas de estas fallas estaban enumeradas. Al parecer, los encargados del proyecto ya divisaron los desperfectos para repararlos. Pero esta situación representa un nuevo problema, puesto que incrementa los gastos de la obra al tener que costear el mantenimiento cada tanto tiempo por la mala calidad de la construcción.
Especificaciones del proyecto
Por 400 millones de lempiras, según el alcalde de SPS, Armando Calidonio, el proyecto constó de tres fases: pavimentación de 5.5 kilómetros del bulevar del Norte hacia Megaplaza, mantenimiento de 5.5 kilómetros de Megaplaza hacia el bulevar del Norte y la construcción de dos puentes (sobre río Bermejo y sobre río Blanco).
Las especificaciones que brindó el alcalde al momento de habilitar el proyecto, explicaban que la pavimentación de ambas vías se realizó con concreto hidráulico.
Whitetopping es el recubrimiento de un pavimento de asfalto existente con una capa de concreto de cemento Portland.
En la vía existente se colocó «whitetopping» con 8 pulgadas de con concreto hidráulico, empezando desde la 1era avenida sobre la 33 calle (1.1 kilómetros). En el resto de la vía se realizó el reemplazo de lozas y sello de grietas.
Por su parte, a la nueva vía, con dos carriles de 8.40 metros de ancho, le colocaron poco menos de 8 pulgadas de concreto hidráulico. Ambos puentes tenían 120 metros lineales y bajo uno de ellos construyeron un paso a desnivel.
La obra incluyó señalización, iluminación y barreras de seguridad, según comentaron autoridades de a Municipalidad de SPS al habilitarla.
Millones de inversión y poca durabilidad
Pese a los millones de inversión y la supuesta utilización de materiales de calidad, tanto la vía existente como la nueva vía, duraron solamente dos años. Puesto que a partir de mayo de este 2018 todo el tramo se volvió difícil de transitar.
De la misma manera, al pasar sobre los puentes recién construidos ya se perciben desvariaciones. Surgen las preguntas de si se utilizaron materiales de calidad para construir la obra o si el proyecto realmente está valorado en $22 millones.
La realidad es que los sampedranos empiezan a sentirse decepcionados al ver que la gran cantidad de impuestos que pagan costean proyectos millonarios que lejos de generar crecimiento a la capital industrial, agudizan los problemas ante la falta de rendición de cuentas y cero respuestas a sus exigencias.
