REDACCIÓN. En un rincón donde la esperanza parece a veces escasa, una hondureña ha decidido sembrar semillas de cambio. Con un corazón lleno de determinación y una visión clara, ha creado una fundación, donde les enseña a los niños y jóvenes de zonas vulnerables sobre la música, una de sus pasiones y lo que la motivó a ayudar a aquellos que más necesitan.
Se trata de Marcela Fernández, una talentosa violista egresada de la Victoriano López, con una licenciatura en música con enfoque en viola en la Universidad Northwestern State University of Louisiana y una maestría en música con enfoque en viola en la Universidad de Miami.
Diario TIEMPO habló con esta catracha ejemplar y contó sobre su vida, la fundación y sus futuros proyectos.
Marcela, desde pequeña descubrió su pasión por la música, pero cuando entró a la escuela Victoriano López supo verdaderamente que dedicaría su vida a este arte y en efecto, llegó a convertirse en su proyecto de vida más grande.
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Luego de salir del país a prepararse profesionalmente, en el 2015, regresó a Honduras a establecer la fundación Uremu. Actualmente, es la fundadora y directora del proyecto; además, es la directora de la orquesta de cuerdas en la escuela White Dove, coordinadora general del programa de curriculares en dicha escuela y directora de Harmony Music School. En el 2018, logró viajar a Viena, Austria, a estudiar un diplomado en Innovación Social por parte de la Organización Global School. Asimismo, fue galardonada por JCI San Pedro Sula por su aporte a la educación musical en la ciudad.
«Uremu inició luego de ver cómo la iniciativa de otras organizaciones en el mundo utiliza la música como un medio del rescate del tejido y la prevención de la violencia. En una gira infantojuvenil de niños de todas partes del mundo, me di cuenta que quería regresar a Honduras para formar niños y niñas en los sectores más vulnerables de San Pedro Sula», comentó.
Para Marcela, Uremu es de gran valor, pues asegura que le ha ayudado a conocer mucho de su persona y entender que cuando alguien se propone algo con el corazón sincero, a pesar de las dificultades, siempre sale todo a bien.
Actualmente, en Uremu hay alrededor de 250 estudiantes e imparten clases de ensamble de cuerdas, coro, vientos, guitarras, flauta dulce, percusión clásica y percusión de cubetas.
Para esta hondureña, enseñarle a cada niño significa «brindarle una oportunidad para que pueda realizar sus sueños. Es abrirle una mejor ventana para su futuro, ayudarles a creer en ellos mismos y en sus propias capacidades. Es ayudar a su familia, es brindarle esperanza a una comunidad completa».
«El arte es para todos, no importando su estatus social», dijo la hondureña, quien lucha para darles grandes oportunidades a los niños y jóvenes en la música.
El mayor reto
Sin embargo, no todo ha sido fácil, pues esta fundación también requiere de mucho apoyo para que pueda seguir adelante.
«El mayor reto es poder tener más manos amigas que nos apoyen económicamente para seguir adelante», explicó.
Asimismo, reveló que lo más satisfactorio de su proyecto es poder ver a los pequeños desenvolverse en este arte de la música.
«La mayor satisfacción es poder mostrar el talento de nuestros estudiantes en los diversos auditorios de San Pedro Sula, Tegucigalpa y en el extranjero», reveló.
Para Marcela, su sueño es poder ver esta fundación crecer y brindarle más accesos a cada pequeño.
«Por ahora, la meta es poder seguir creciendo nuestro programa, brindarle el acceso a estudiantes para que vayan a estudiar al extranjero y continuar ofreciendo experiencias únicas para ellos», manifestó.
Marcela reveló que se están llevando a cabo diversas actividades para recaudar fondos para los niños que forman parte de esta fundación.
Una de ellas, será este 10 de noviembre. Se llevará a cabo el evento «Latinoamérica: Tributo a nuestras raíces», donde los 250 estudiantes compartirán el escenario en una sola ocasión, celebrando la música y las raíces latinoamericanas en una experiencia inolvidable. El evento se realizará en el cafétorium de la Escuela Internacional Sampedrana.
Por último, esta hondureña envía un mensaje a la población. Además, pidió apoyar este tipo de proyectos que tienen un impacto en los niños y niñas del país.
«El proyecto Uremu ha llegado a impactar la vida de niñas, niños, adolescentes y jóvenes. Solos, no olvidemos que la música es el lenguaje universal que nos conecta a todos. Ayúdanos a seguir siendo el cambio en las comunidades donde no existen este tipo de oportunidades y cambiemos Honduras, una nota a la vez», finalizó.
Dato: Actualmente, hay 7 centros de esta fundación, ubicados en la colonia Satélite, Chamelecón, López Arellano, Felipe Zelaya, Colonia Guaymuras, Rivera Hernández y barrio Cabañas.