Redacción. Más detalles han salido a la luz tras confirmarse la muerte de la maestra Aleyda Cabrera en Gualaco, Olancho, junto con la captura de sus supuestos secuestradores y homicidas, estableciéndose la cercanía entre ella y los dos sujetos.
Doña Benita Santos, madre de la docente, reveló detalles sobre la relación que existía entre su hija y Óscar Eduardo Cálix, así como Santos Mauricio Ortiz Rivera, ambos actualmente bajo prisión por este crimen tras la decisión de un juez.
Entre lágrimas y profundo dolor, aún sin haber recibido el cuerpo de su hija menor, la señora Benita resaltó que, en efecto, Aleyda conocía bien a los detenidos, ya que hasta habían compartido en un lugar especial: la iglesia.
«Los conozco; hemos estado juntos en la iglesia. A lo mejor dejaron un pedacito de su corazón con la puerta abierta y algún mal espíritu se les metió, y eso los impulsó a hacer esas cosas. Pero quiero decirles que los perdonamos en el nombre de Jesús, que la familia Cabrera Santos no tiene nada en contra de ellos, porque ellos nos conocen perfectamente», expresó al medio Guayape TV.
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La madre de la maestra olanchana aseguró que pide a Dios para que estos dos sujetos puedan reflexionar y cambiar, ya que ahora están enfrentando la justicia de Honduras por sus errores.
Se conocen entre familia
«Les decimos a sus padres que no se preocupen porque nosotros sabemos que ellos están pasando un dolor igual, o tal vez peor, que el de nosotros, porque nos conocemos. Por lo menos de uno de ellos conocemos a su papá, a su mamá y, hasta ahora, nunca hemos escuchado nada en su contra, sobre cosas indebidas», resaltó la hondureña.
De acuerdo con doña Benita, al final ningún padre es responsable de las acciones que toman sus hijos dado que cuando crecen ya son capaces de tomar sus propias decisiones.
En ese sentido, resaltó que, «nosotros no sentimos ni una pizca de odio hacia ellos porque sabemos quiénes son y están sufriendo. Nosotros lloramos la pérdida de muchachita, y les digo a estos jóvenes que tengan compasión, porque son creación de Dios, y que busquen de él, donde les toque. Si la justicia terrenal los mantiene presos, que en su cárcel busquen de Dios».
Las autoridades policiales concluyeron en la investigación preliminar que a Aleyda Cabrera le quitaron la vida el mismo día que la raptaron, el 14 de enero. En ese momento, los secuestradores pedían un rescate de 3 millones de lempiras, pero no se realizó el pago. Se logró la captura de los sospechosos, quienes confesaron lo sucedido. Gracias a ello, se localizó el cuerpo de la maestra.
