Quema viva a su hija por llenar de ‘vergüenza’ a su familia

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Ocurrió en Lahore, al este de Pakistán. La madre roció a su hija con kerosene y la prendió fuego. Luego reconoció el crimen

Una madre paquistaní fue sentenciada a muerte en este país asiático.

Lo anterior, luego de que se la hallara culpable de haber quemado viva a su hija en un caso que conmovió en ese país.

Minutos después, la mujer salió a los gritos de su vivienda reconociendo que había ejecutado a su propia hija. Lo anterior, por llevar “vergüenza” a su familia. Bibi acusó a su hija de 18 años de haberse casado con un hombre al que su familia no había elegido.

La decisión de sentenciar a muerte a la mujer fue adoptada por el juez Chaudhry Ilyas a pedido del fiscal Abdur Rauf. El hermano de Zeenat, que participó del crimen, Anees Rafique, fue condenado a vivir en prisión el resto de su vida.

Madre paquistaní

“Luego de matar a su hija, Parveen salió a la calle, se sacó su chal y comenzó a golpearse el pecho, gritando: ‘¡Gente! ¡Maté a mi hija por mal comportamiento y darle una mala fama a nuestra familia!”.

Reveló la hermana de la sentenciada, Naseem Bibi. “Mi hermana declaró tiempo atrás que no permitiría que su hija se casase con un pashtún”, añadió la mujer.

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Khan, el joven mecánico de motocicletas del cual se enamoró Zeenat, pertenece a una etnia diferente a la de la familia. Ese fue el principal motivo por el cual se le prohibió que contrajera matrimonio.

“Luego de vivir conmigo cuatro días, su familia nos contactó y nos prometieron una boda apropiada con una fiesta luego de ocho días. Después podríamos vivir juntos. Zeenat era reacia a volver a su hogar y me dijo que podría ser asesinada por su familia.

Pero luego accedió luego de que uno de sus tíos se ofreciera como garante”, relató Khan. La desesperación de Zeenat crecía a medida que estaba sola junto con su familia.

A tal punto que le pidió a su marido que la fuera a buscar. Aunque no hubieran pasado los ocho días reglamentarios, según la tradición.

“Después de dos días, me llamó y me dijo que su familia se había arrepentido de la promesa.  Y me pidió que la buscara, pero le dije que esperáramos los ocho días. Luego, fue asesinada”, concluyó el joven mecánico.