TEGUCIGALPA, HONDURAS. Justicia pide la madre de Neftaly Platero Martínez, el hondureño condenado a cadena perpetua sin libertad condicional en Estados Unidos, por declararlo culpable del asesinato de dos de sus compañeros en una base del ejército estadounidense en Irak.
Platero fue condenado por una Corte Marcial de las Fuerzas Armadas de EE.UU. el 13 de junio de 2012 por el suceso ocurrido en el año 2010. En ese momento, dos de sus compañeros de ejército fueron fusilados en un campamento base en Irak.
Elsa Martínez, madre del hondureño, solicita a las autoridades competentes que intercedan por su hijo; mismo que afirma es inocente de lo que se le acusa.
Neftaly Platero guarda prisión de Estados Unidos desde hace nueve años. «Antes de eso él había servido nueve años también», aseguró la madre del joven. Asimismo, especificó que el servicio fue en el Ejército de Estados Unidos.
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Testimonio de la madre
«Era un adolescente de 16 años cuando se fue a Estados Unidos. Ingresó a la Marina y permaneció por cuatro años. Después entró con el Army y estando trabajando con el Army fue cuando pasó este problema», aseveró la progenitora.
Asimismo, Martínez dio a conocer que Platero «sigue sosteniendo lo mismo que declaró cuando sucedió ese caso. Él dijo que era inocente y sigue sosteniendo eso».
Además, manifestó que las autoridades le han dicho que él puede pedir clemencia. «Yo le he preguntado a él. ¿Por que no haces esa carta que te han dicho hijo? Y me dijo no voy a hacer eso porque si pido clemencia estoy dando a conocer que si cometí una falta. Y yo, en ningún momento he cometido ninguna falta. Ese es el motivo por el cual yo no voy a pedir una clemencia».
Según la fémina, un abogado en Estados Unidos solicitó que se celebrara un nuevo juicio. Sin embargo, la solicitud fue denegada.
Los hechos
Según la publicación de Fox News del 13 de junio de 2012, los soldados Gebrah Noonan de Watertown y John Carrillo Jr fueron disparados varias veces por un rifle de asalto mientras se preparaban para acostarse en el cuartel de Camp Fallujah en septiembre 2010.
Un tercer soldado, Jeffrey Shonk, también recibió un disparo en la pierna y la frente mientras estaba acostado en su litera. Sobrevivió, pero declaró que no puede recordar los disparos, ni siquiera quién tiró del gatillo.
Los asesinatos de ocurrieron horas después que Platero se quejara de que su habitación estaba demasiado desordenada. Sin más pruebas, un jurado militar en Fort Stewart pasó solo una hora deliberando antes de regresar con la sentencia.
El abogado defensor de Platero, Guy Womack, dijo que el caso recibiría una apelación automática ante el Tribunal de Apelaciones Penales del Ejército.
Entre las pruebas presentada por la defensa, se establecía que no encontraron residuos de disparos en las muestras de piel tomadas de las manos de Platero después del ataque.
«Creo que sentían que tenían que condenar a alguien y solo había una persona sentada allí», dijo Womack sobre el jurado. «No estoy diciendo que tuvieran algún tipo de agenda. Creo que estaban haciendo todo lo posible. Pero fue sorprendente para mí que básicamente ignoraran lo que pensé que era una evidencia científica exculpatoria».
