REDACCIÓN. Nuevos elementos probatorios surgidos en el caso de Katherine Yulibeth Romero Sorto, de 28 años, podrían comprometer seriamente su situación judicial.
La mujer enfrenta graves acusaciones por parte del Ministerio Público, que la señala de haber cometido violación calificada continuada y otras agresiones sexuales calificadas continuadas en perjuicio de sus hijastros, dos menores de edad.
Una fuente fiscal vinculada a la investigación, que pidió no ser identificada, reveló que uno de los principales elementos que refuerzan el requerimiento son conversaciones de carácter explícito entre la acusada y una de las víctimas, un niño que actualmente tiene 14 años. Dicho contenido ya está bajo análisis y ha sido calificado como “altamente comprometedor”.
Según la fuente, las conversaciones revelan interacciones sexuales directas entre Romero Sorto y el menor, lo que podría constituir prueba contundente en el proceso judicial. Este tipo de evidencia escrita se considera determinante en casos similares, al establecer una conexión directa entre víctima y victimario.
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Pero eso no es todo. El Ministerio Público también tiene bajo su custodia el teléfono móvil de la acusada, decomisado durante su captura el pasado 24 de mayo cerca de un centro comercial en San Pedro Sula. De acuerdo con el investigador, está pendiente un vaciado forense del dispositivo, en el cual se sospecha podrían encontrarse videos u otro tipo de material audiovisual que refuercen la acusación.
“Si se confirma la existencia de grabaciones, el caso se volvería aún más sólido para la Fiscalía”, apuntó la fuente.
A Romero Sorto la remitieron a la Penitenciaría Nacional Femenina de Adaptación Social (PNFAS). Allí, permanece en prisión preventiva tras que un juez le dictara auto de formal procesamiento durante la audiencia inicial.
El caso ha causado conmoción entre la opinión público por la gravedad de los delitos imputados. Sin embargo, amigos y familiares aseguran que es inocente y todo se trata de una venganza.