Lula da Silva se enfrenta a la tercera demanda por presunta corrupción

La justicia estrecha el cerco sobre el expresidente de Brasil, que tiene ya tres procesos penales abiertos en su contra y una investigación del Tribunal Supremo.

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Lula da Silva
El expresidente Lula da Silva (2003-2010) suena como candidato a la presidencia por el PT para las elecciones del 2018.

BRASIL. Un juez brasileño aceptó este jueves una nueva denuncia por corrupción contra el expresidente Luiz Inácio Lula da Silva y le abrió un proceso penal, por supuestamente haber recibido sobornos de la constructora Odebrecht.

Se trata del tercer proceso penal abierto en la justicia convencional contra el exmandatario (2003-2011), que cumplirá 71 años dentro de dos semanas, y además también es investigado por el Tribunal Supremo por su posible implicación en el caso de corrupción en Petrobras.

Los cargos que se le imputan son corrupción pasiva, tráfico de influencia, lavado de dinero y asociación ilícita, con lo que si fuera condenado por estos cargos podría enfrentarse a una pena de hasta 30 años de cárcel.

El líder del Partido de los Trabajadores (PT) ha rechazado todas las acusaciones y ha denunciado insistentemente que es blanco de una persecución por parte de los tribunales, con el objetivo de evitar que sea candidato en las elecciones presidenciales de 2018.

Además de Lula, otras diez personas fueron acusadas de diferentes cargos de corrupción, entre ellos el empresario Marcelo Odebrecht, expresidente de Odebrecht, la mayor constructora de Brasil, y quien también ha sido condenado por el caso Petrobras.

En este caso, Lula es sospechoso de haber cobrado sobornos de Odebrecht a cambio de las presiones que supuestamente habría ejercido desde la Presidencia y en los años posteriores a que dejó ese cargo, en 2011, para favorecer a la empresa.

Según la acusación, Lula presionó para que el banco de fomento de Brasil, el Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social (BNDES) concediera créditos a Odebrecht para que lograra adjudicarse un contrato en Angola.

Los pagos, que ascendieron a 30 millones de reales (unos 9 millones de dólares), los realizó Odebrecht a una empresa recién fundada por un sobrino de la primera mujer de Lula, Taiguara Rodrigues dos Santos.

Además, Odebrecht contrató al expresidente para pronunciar discursos en diversos países, lo que, según la Fiscalía, se trataba de un medio para «escamotear el mecanismo de compraventa de la influencia» que mantenía ante entes públicos brasileños y Gobiernos extranjeros.

Además de este proceso, Lula tendrá que sentarse en el banquillo en otras dos causas, en una por cargos de obstrucción a la Justicia, por supuestamente haber intentado sobornar a un testigo del caso Petrobras para comprar su silencio, y, en otro, por haber recibido presuntos favores ilegales de la constructora OAS.

Fuente: Univisión noticias