San Pedro Sula. Aunque la Catedral Metropolitana San Pedro Apóstol es un referente de fe y arquitectura en la ciudad, muchos desconocen que en su cripta (un espacio subterráneo), están sepultados cuatro importantes obispos que marcaron la historia de la iglesia local.
El padre Marvin Enrique Guerra, de la Parroquia Nuestra Señora de la Visitación, explicó a Diario Tiempo que la Catedral Metropolitana San Pedro Apóstol se erige no solo como un espacio de culto y oración, sino también como un repositorio de la historia de la fe local.
Señaló que la catedral es el centro de la fe, la liturgia y los sacramentos. En su función, sirve como modelo para las demás iglesias y parroquias en la administración de los misterios sagrados y la celebración del culto divino. «En razón de esto es que los obispos son sepultados en la catedral», añadió el padre Guerra.
Asimismo, el sacerdote aludió al Código de Derecho Canónico, específicamente al canon 1242, el cual establece una directriz particular concerniente a la sepultura dentro de los templos. “No deben enterrarse cadáveres en las iglesias, a no ser que se trate del Romano Pontífice, de sus propios cardenales u obispos diocesanos, incluso eméritos”, precisó el padre Guerra, resaltando la excepción y el honor especial otorgado a estos líderes de la Iglesia.
Evolución
Es crucial considerar la trayectoria histórica de la catedral de San Pedro Sula. Entre 1916 y 1963, esta región operó como un vicariato apostólico, una figura administrativa eclesiástica transitoria para territorios donde la Iglesia católica aún no había consolidado una diócesis formal con un obispo residente propio.
Un momento crucial llegó el 6 de julio de 1963, cuando el vicariato fue elevado al rango de diócesis. Este cambio significó una mayor madurez y autonomía para la iglesia local, con su propio obispo (Monseñor García Villas) como líder pastoral ordinario.
Más recientemente, el 26 de enero de 2023, se produjo otro acontecimiento histórico cuando el papa Francisco elevó la diócesis al rango de arquidiócesis metropolitana. Este nuevo estatus convierte a la diócesis de San Pedro Sula en la sede de un arzobispo metropolitano (actualmente Monseñor Michael Lenihan, OFM), quien tiene jurisdicción no solo sobre su propia arquidiócesis, sino también sobre varias diócesis vecinas, conocidas como diócesis sufragáneas. Esta elevación subraya aún más la importancia creciente de la iglesia en San Pedro Sula dentro de la estructura de la Iglesia católica en Honduras.