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sábado, julio 5, 2025

¡Sabor local! Loroco se disfruta en creativos platillos en Gracias, Lempira

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Redacción. La gastronomía del occidente de Honduras se caracteriza por ser una de las más variadas, autóctonas y deliciosas del país, ya que se basa en ingredientes naturales y productos cultivados en la misma región.

Tal es el caso del loroco, una hierba con un sabor agradable que puede transformar cualquier platillo en una experiencia de alta cocina. Tradicionalmente se utiliza en pupusas, pero hoy en día ha sido incorporado en una amplia variedad de recetas reinventadas.

Loroco
El loroco es un alimento prácticamente obligatorio para probar en Gracias.

En el marco del Festival Internacional de las Culturas “Gracias Convoca”, se han desarrollado múltiples exposiciones llenas de sabor y color. Uno de los máximos exponentes, sin duda, es el loroco, ya que se cultiva en zonas frías del departamento de Lempira.

Entre las nuevas adaptaciones gastronómicas destacan las pizzas con loroco, pastelitos rellenos de pollo con esta hierba, sincronizadas con quesillo y loroco, ticucos y muchas otras delicias.

Con el paso del tiempo desde las cocinas tradicionales se han ido innovando las preparaciones.

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¿Cómo se cultiva?

El loroco también es una planta que se aprecia en la gastronomía de El Salvador. Se le reconoce por ser trepadora perenne, originaria de Mesoamérica, que se cultiva principalmente por sus flores que tienen un delicioso olor y sabor.

Para cultivar loroco, se recomienda hacerlo en zonas con clima tropical o subtropical, donde las temperaturas oscilen entre los 20 y 30 grados centígrados, características propias de la región occidental de Honduras. Aunque puede crecer a pleno sol, prefiere la luz parcial o semisombra.

Platillos con Loroco 1
Ahora se puede consumir con tortillas de maíz y también de trigo.

Asimismo, es una planta que no se siembra por semillas, ya que estas rara vez son viables. En su lugar, se propaga por esquejes, es decir, tallos de entre 20 y 30 centímetros que cuenten con al menos tres nudos, los cuales se siembran en bolsas o directamente en el terreno.

El loroco comienza a florecer entre tres y cuatro meses después de la siembra, y la cosecha puede realizarse hasta tres veces por semana durante la temporada alta. Las flores deben recolectarse cuando aún están cerradas, justo antes de abrirse, para conservar su aroma y sabor característicos.

También, su cultivo y venta es fuente de ingresos para algunas familias locales.

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